Jordi Sànchez, el expresidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), ha sido condenado por el Tribunal Supremo a nueve años de prisión y nueve de inhabilitación absoluta por su papel en el procés independentista de Cataluña.
El fallo del Alto Tribunal especifica que esta condena priva al que fuera elegido diputado del Parlament por Junts per Catalunya en las últimas elecciones de la comunidad autónoma de "todos los honores, empleos y cargos públicos" que conservara hasta ahora, aunque fueran electivos, así como también le incapacita para obtener "obtener los mismos o cualesquiera otros honores, cargos, o empleos públicos y la de ser elegido para cargo público durante el tiempo de la condena"
Pena por sedición
Los magistrados que han juzgado los sucesos que llevaron hasta la celebración del referéndum ilegal del 1-O en 2017 han considerado que Sànchez es culpable de un delito de sedición, no así de rebelión como pedía, por ejemplo, la Fiscalía contra gran parte de los políticos independentistas.
Mediante esta decisión, Sànchez ha recibido una pena algo superior a la pedida por la Abogacía del Estado --ocho años de cárcel y los mismos de inhabilitación--, pero mucho menor de la que demandaba para él el Ministerio fiscal. La condena pedida por esta acusación para el exlíder de la ANC era de 17 años tanto de encarcelamiento como de prohibición de tener un cargo público.