El Tribunal Supremo ha considerado que Jordi Cuixart, el presidente de Òmnium Cultural, es culpable de un delito de sedición.

Y por eso le condena a 9 años de prisión y los mismos años de inhabilitación absoluta con privación definitiva de todos los honores, empleos y cargos públicos que tenga la penada, aunque sean electivos, e incapacidad para obtener los mismos o cualesquiera otros honores, cargos, o empleos públicos y la de ser elegido para cargo público durante el tiempo de la condena.

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