Acoso y derribo contra una médico interina de Barcelona por atender en castellano. El independentismo más radical exige al departamento catalán de Salud que rescinda el contrato a la doctora de urgencias por ceñirse al español durante la visita de una madre y una hija que sufre una discapacidad. Más preocupante aún, la consejería que dirige Alba Vergés da pábulo a la intimidación a la sanitaria al recibir en la sede de Salud y el propio centro a los extremistas que encabezan la ofensiva para despedirla.
La gerencia del CAP Les Corts --asociado al Hospital Clínic Barcelona y en concierto público con el Servicio Catalán de Salud (CatSalut)-- ha confirmado a este medio que la profesional continúa ejerciendo en el equipamiento y que no se ha iniciado procedimiento sancionador alguno contra ella pese al asedio independentista por redes sociales y con virulentas visitas al centro médico. Fuentes sindicales confirmaron este extremo, y recordaron a los que quieran escuchar que la profesional "es interina y viene de fuera". También se mostraron sorprendidos pacientes del CAP, como Lluïsa Llach, una ciudadana que, preguntada por la polémica, admitió que había "escuchado algo" de lo dicho en las redes sociales, pero que nunca tuvo "problema con la lengua" en el ambulatorio, asociado a uno de los mejores hospitales nacionales.
Salud calla...
Por su parte, la portavocía del Departamento catalán de Salud, que comanda Alba Vergés (ERC), no contestó ayer a este medio a la pregunta de cómo piensa velar por los derechos de la facultativa. Sí aportó su versión Álex Ramos, secretario general del sindicato médico no nacionalista Simecat. "Es evidente que falta información sobre este caso, porque no se sabe qué pasó en aquella visita con la madre y su hija. Solo se conoce la reacción habitual de parte del independentismo, que es la del victimismo exacerbado", lamentó el galeno y activista. Ramos subrayó que "asiste a la profesional el derecho a atender en las dos lenguas, oficial y cooficial" de la autonomía catalana. "Atribuimos el acoso a la inflamación política y defendemos el derecho a ejercer la profesión médica en las dos lenguas", agregó.
Ramos indicó también que "para contratos interinos y eventuales no se pide el requisito de la lengua catalana". De hecho, cuando el Instituto Catalán de la Salud (ICS) trató de hacerlo años atrás, "congeló la medida ante el rechazo generado". "En las oposiciones del ICS era un requisito eliminatorio, pero luego lo eliminaron porque se inscribió muy poca gente y probablemente ese fue uno de los motivos por los que se presentaron tan pocas personas", aclaró el médico. "Muchas se quedaron fuera de las oposiciones, ya que la decisión se tomó una vez cerrado el plazo de inscripción", añadió Ramos. Todo ello son argumentos para concluir que el catalán en la sanidad autonómica "es un tema laxo que no merita la desproporción actual". Para Simecat está claro que "debe ser un mérito, no un requisito, pues no se deben poner barreras a la profesión médica: la formación es común en España".
... y da pábulo a los ultras
Al margen de esta consideración sindical, la Consejería catalana de Salud parece cuando menos contemporizar y abandonar a su suerte a la profesional. Jaume Benavent, gerente de los tres ambulatorios del consorcio CAPBSE al que pertenece el CAP Les Corts, permitió el lunes que el independentista extremista Santiago Espot provocara un incidente en el centro sanitario al exigirle a gritos que despidiera a la profesional. El propio Espot colgó los vídeos en las redes sociales jactándose de su acción. Hubo más. El martes por la mañana, este medio fotografió y habló con el propio Espot cuando éste irrumpió sin cita previa alguna en el Departamento de Salud exigiendo lo mismo: que la médico interina del CAP Les Corts sea despedida.
No solo permitió la Consejería de Alba Vergés el acceso a Espot y otros ultras sin cita concertada al edificio público, sino que los recibió Montserrat Sagalés, subdirectora general de Organización y Servicios del Departamento. En declaraciones a este medio, Espot manifestó que "no se puede confiar en que los partidos --en referencia a Junts per Catalunya (JxCat) y ERC-- declaren la república si son incapaces de velar para que la lengua catalana sea respetada en Cataluña". Acompañaban a Espot, igual que el lunes en la algarada en el ambulatorio, militantes del ultraderechista MIC, la rama más ultramontana y esencialista del separatismo en Cataluña.