El independentismo fió su estrategia jurídica a un eventual apoyo de la justicia europea a los líderes independentistas, pero el Tribunal Supremo no tiene miedo a Estrasburgo. Fuentes consultadas afirman que se espera una sentencia “dura”, pero irreprochable a nivel procedimental. “La transparencia en la retransmisión en directo del juicio ha sido un punto a favor del Supremo para que nadie les pueda decir que no ha habido un juicio justo”, explica el abogado penalista y experto en extradiciones, Jacobo Teijelo.
Hasta la fecha, todos los recursos que el independentismo ha elevado al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) en relación al procés han resultado una piedra en el zapato nacionalista. Estrasburgo rechazó por “manifiestamente infundado” el recurso de una integrante de la Sindicatura Electoral del 1-O que denunciaba la vulneración de sus derechos fundamentales por parte del Tribunal Constitucional a la hora de imponerle una sanción por su participación. En la misma línea, el TEDH denegó la petición de la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, y otros 75 exdiputados autonómicos contra la suspensión por parte del Constitucional del Pleno parlamentario de octubre y consideró que la actuación del alto tribunal para hacer “frente a los abusos cometidos por la mayoría parlamentaria” era “necesaria en una sociedad democrática”. Este mismo tribunal también rechazó el recurso de Forcadell sobre su condición de prisión preventiva.
De la Comisión al TJUE
Pero los del TEDH no son los únicos varapalos que se ha llevado el nacionalismo desde la inicial victoria que representó el rechazo del tribunal de Schleswig-Holstein, en Alemania, a la euroorden contra Carles Puigdemont. El pasado 3 de julio la Comisión Europea denegó la petición del exmandatario catalán de activar contra el Estado las sanciones del artículo 7 del Tratado de Lisboa por no “respetar a las minorías”. Y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) avaló la actuación del Parlamento Europeo a la hora de excluir a los candidatos electos en las elecciones europeas por no haber cumplido con los requisitos de la Junta Electoral Central.
El TJUE debatirá la cuestión de la inmunidad parlamentaria de Oriol Junqueras el próximo 14 de octubre, pero todos los Estados miembros que podían aportar su experiencia y visión sobre el tema han rechazado hacerlo. Cerrando filas con España.
“Se ha desmontado el relato”
Carles Monguilod, abogado penalista, siempre se ha mostrado crítico con la “redacción de los delitos de rebelión y sedición”, al considerar que son “aspectos que no se han concretado” durante la vista oral del juicio. No obstante, no muestra dudas de que la “sentencia será técnica” y no sujeta a consideraciones políticas.
Teijelo, por su parte, cree que la “coherencia jurídica en la sentencia es imprescindible”, pero que “desde Madrid han desmontado el relato del independentismo y su repercusión internacional”. “El Supremo tiene las manos libres porque desde Europa se ve como un asunto interno”, agrega el experto en extradiciones.
Desunión independentista
Durante la vista oral del juicio han acabado aflorando dos líneas de defensa antagónicas. La defensa técnica, protagonizada principalmente por Xavier Melero, abogado de Joaquim Forn, pero también por Judit Jané, letrada de Meritxell Borràs, y Pau Molins, abogado de Santi Vila. Y la defensa política y con la vista solo en Estrasburgo de Jordi Pina, Andreu Van den Eynde o Marina Roig, entre otros.
Pero esta desunión se vio el pasado jueves también en Bruselas, en el acto organizado por la delegada de la Generalitat en la UE y huida de la justicia española Meritxell Serret. Un acto para “examinar” el juicio en el Supremo y que, como avanzó Crónica Global, brilló por la ausencia del entorno de Puigdemont y Comín, abonando la tesis de una división de criterios respecto a la estrategia a seguir judicialmente a nivel comunitario. Asimismo, el evento acabó dando alas a las voces que enumeraron cada una de las veces que instancias europeas han resuelto que España obró correctamente con sus decisiones sobre el procés.
Sentencia “dura”
Los expertos consultados piden “prudencia”, pero se decantan, en su mayoría, por una sentencia “dura”, que oscila entre algún grado menor de rebelión o sedición. Esto solo lo saben los magistrados que se encuentran deliberando el fallo. “Dudo de que la sentencia sea absolutoria. Creo que será dura y ejemplarizante. Luego se podrán dar reducciones como clemencia, pero no en la sentencia”, añade Teijelo.
El siguiente paso, en caso de condena, será el recurso al Tribunal Constitucional y, finalmente, el partido se jugará en Estrasburgo y con los precedentes conocidos.