Menos cargos públicos y, por tanto, menos subvenciones. El último ciclo electoral ha sido adverso para el PP catalán, lo que se ha traducido en críticas a la gestión de la ejecutiva que lidera Alejandro Fernández. El último motivo de queja son las aportaciones que hacen al partido los cargos públicos y grupos institucionales. Fuentes populares aseguran que la formación popular ha elevado esas cuotas hasta extremos insostenibles. En algunos casos, afirman, se exige el pago del 100% de las subvenciones de los grupos locales y comarcales, mientras que a los cargos, a los que se solía exigir un 5% de su sueldo, en algunos casos superaría ahora el 10%. Una afirmación que la dirección del PPC niega.
“Las aportaciones de los cargos públicos y grupos institucionales es una práctica habitual y legal que hacen todos los partidos políticos y que es conforme a la Ley de financiación de los partidos políticos. En el caso del PP es estatutario y se ha hecho desde siempre”, afirman a Crónica Global portavoces del PPC, que atribuyen ese malestar “a motivaciones políticas que nada tienen que ver con este tema, porque se ha aplicado así siempre con todas las direcciones”.
Esas "motivaciones políticas" se refieren al malestar existente en un sector del partido, que se arrastra desde el fichaje de los independientes Josep Bou (para el Ayuntamiento de Barcelona) y Cayetana Álvarez de Toledo (para las generales).
"La viabilidad del PPC está cuestionada"
Por el contrario, dirigentes locales se han puesto en contacto con este medio para asegurar que, la semana pasada, “nos pidieron el cartapacio municipal para ver la cifra subvenciones que tenemos. Están llamando a todos, se han dado directrices en toda Cataluña”, asegura un cargo de la provincia de Barcelona.
Lamentan que, en un momento en que se puede recuperar el voto arrebatado por Ciudadanos, “no vamos a poder hacer campaña ni informar en nuestros municipios. La viabilidad del PPC está muy cuestionada”, afirma otro concejal popular.
Aseguran estas voces críticas que incluso se está analizando el sueldo de los asesores, a los que nunca se había pedido una cuota. “Todos estamos por arrimar el hombro, pero se nos llevan todo el brazo”, ironiza un cargo.
En las últimas elecciones municipales, el PPC pasó de los 216 concejales que tenía en 2015 a 67. Eso se ha traducido en menos subvenciones públicas y en una pérdida de capacidad para explicar las acciones que propone el PPC en el territorio.