El jefe del departamento de comunicaciones de la prisión de Lledoners, donde se hallan internados la mayoría de los presos del 1-O, ha pedido el traslado a otro puesto que no guarde relación con la gestión de las visitas. El motivo se halla en el “favoritismo evidente” hacia los políticos catalanes, cosa que “desprestigia de manera lamentable la buena imagen” de los trabajadores del centro penitenciario.
La gota que ha colmado el vaso, según El Mundo, fue la visita que recibió Raül Romeva el pasado sábado por parte del presentador Risto Mejide. Este habría accedido al encuentro por un acceso inusual y sin tener que pasar por el detector de metales, como sí tuvieron que hacer otras 35 personas que se hallaban en el lugar para ver a algunos reclusos.
Acceso con móvil
El informe citado por el medio de comunicación --en el que no se nombra de forma directa a Mejide-- asegura que tres personas solicitaron a las 9:00 horas del sábado una “comunicación ordinaria” con Romeva, tras lo que se les asignó un locutorio. No obstante, el funcionario señala que ninguno de ellos era una autoridad o una visita institucional, por lo que la forma de entrada al lugar debió haber sido la misma que la de “cualquier visitante”.
Funcionarios del centro aseguran que el presentador accedió acompañado por la mujer de Romeva, quien entró con un móvil, y una tercera persona. Así, relata el informe, cuando a las 9:15 horas un trabajador acudió a acompañarlos para que pasaran por el arco de seguridad, estos ya no se encontraban en la sala de espera.
Acompañados por un cargo de Torra
Al parecer, estos habrían accedido por una entrada diferente junto a la subdirectora de Tratamiento --cargo nombrado por Torra--, sin pasar por ninguna medida de seguridad y superando a las 35 personas que hacían cola desde antes.
Asimismo, El Mundo asegura haber recibido tras la publicación de la noticia un escrito por parte del programa Todo es Mentira --del que Mejide es presentador, y que esta tarde emitirá una entrevista a Romeva-- en el que tachan los hechos relatados como “mentira”. "La conversación con el interno se produjo exactamente en los mismos términos que con el resto de visitantes", señala.