Uno de los principales escollos para la cohesión territorial de España es el sistema educativo. Si no hay una sola prueba estatal homogénea --ni siquiera la Selectividad-- para medir el nivel de castellano o inglés de los alumnos españoles, ahora son los editores de libros de texto quienes denuncian el reino de taifas en el que se ha convertido la educación en nuestro país.
La Asociación Nacional de Editores de Libros de Texto de España (Anele) ha presentado su informe anual, titulado El libro educativo en España 2019-2020, en el que lista la inversión que destinan las administraciones autonómicas en la materia. En su ránquing, Cataluña es la región que menos fondos destina por pupilo para material escolar (5,75 euros por alumno), mientras que Andalucía encabeza la clasificación, con 108,3 euros por estudiante. “En Cataluña han decidido que su sistema de ayuda es para las familias más vulnerables”, matizan a instancias de Crónica Global desde Anele, asegurando que no tiene por qué ser mejor o peor como modelo.
Cada autonomía tiene su “manía”
Pero más allá de las diferencias en inversión, que están sujetas a la diferencia de rentas entre regiones, hay la “desigualdad curricular”, ha lamentado el presidente de Anele, José Moyano, durante la rueda de prensa de presentación del informe. Y se debe a la imposibilidade de llegar a un Pacto por la Educación que ponga los cimientos de una educación pública y coherente en todo el territorio.
A este respecto, el director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), Antonio María Ávila, ha asegurado que cada autonomía tiene “su manía”, y ha admitido recibir “presiones personales” de los gobiernos regionales de turno.
Más contenido sobre Wifredo el Velloso
“En Cataluña, nos piden que no hablemos de los Reyes Católicos y quieren que lo hagamos de Wifredo el Velloso. En Canarias, por ejemplo, nos dijeron que no diéramos importancia a los ríos y omitiéramos la frase de que son grandes lugares de asentamiento y civilización”, abunda el director ejecutivo. Otras de las exigencias del nacionalismo catalán era recurrir al término “corona catalanoaragonesa”, una inexactiud según los expertos: "En el caso del reino catalanoaragonés no van a encontrar ustedes ningún documento de la Edad Media que haga esta expresión, ¡ni uno!", ha exclamado el director de la Federación de Editores.
Estos contenidos más dependientes del color político que de la verdad histórica o de la pedagogía afecta a todas las regiones, en mayor o menor medida. “Es injusto solo hablar de Cataluña, se dan en todas las comunidades autónomas. Es imposible hacer un mismo libro en toda España”, reiteran a este medio desde Anele. Otro de los ejemplos expuestos en la rueda de prensa de presentación del informe fue la solicitud por parte de la Comunidad Valenciana de retirar un manual que definía al valenciano como dialecto del catalán.
Más de 400 normativas diferentes
Estos criterios desiguales en función de la comunidad también afectan al rendimiento escolar. Los expertos han apuntado al “exceso de regulación”, dado que se han activado hasta 450 normativas diferentes sobre libros de textos en tan solo tres años.
Esta "dispersión normativa" y la desigual inversión según autonomías no solo allana el terreno al fracaso escolar, sino también a la falta de cohesión territorial.