Jordi Pujol, el que fuera presidente de la Generalitat durante dos décadas largas y fundador del partido CDC, defiende en un artículo las cuestiones que desde su punto de vista son básicas para resolver el conflicto del nacionalismo catalán con España. Entre ellas no figura el referéndum. Tampoco menciona la independencia.
El breve texto de Pujol se publica en el blog de la Associació Serviol, una entidad creada por él mismo en marzo de 2015, ocho meses después de que admitiera públicamente cómo había defraudado a lo largo de 30 años a Hacienda, y que está consagrada a su pensamiento político.
Respuesta a Tamames
Se trata de un artículo escrito el 27 de julio, pero que se publicó el lunes pasado, como respuesta a unas declaraciones Ramón Tamames que habían pasado totalmente desapercibidas en las que sugería el traslado de algunas instituciones del Estado a Cataluña como fórmula para destensionar la crisis.
El expresidente califica de “insólita” la idea del economista y antiguo dirigente del PCE, antes de recordar que Rodolfo Martín Villa ya habló en su día de hacer algo semejante, aunque nunca la puso en marcha.
Tres capítulos
Desde su punto de vista, lo que él califica como “la cuestión de Cataluña” exige tres tipos de medidas: “Poder político y competencial real, una financiación justa y suficiente, además del reconocimiento de la identidad propia”.
Pujol no alude al referéndum ni al derecho a decidir, y cuando habla de “financiación justa” es evidente que no se refiere a un territorio independizado del resto de España, aunque dos de los conceptos a los que alude --“poder político real” y el “reconocimiento a la identidad propia”-- pueden incluir cualquier cosa en ese ámbito.
El caso de Chile
El artículo se refiere al caso de Chile, que tiene ubicado el Senado en Valparaíso, no en la capital, Santiago. Pero considera que no es aplicable a Cataluña porque, a diferencia del caso chileno, lo que quieren los nacionalistas catalanes no es descentralización, sino poder político real.
Esas propuestas evidencian, dice Pujol, que quienes las elaboran no conocen la “naturaleza real del conflicto que se produce en Cataluña”. Se trata del reconocimiento de una realidad y una conciencia colectiva, con una memoria histórica, una lengua y una cultura, y sobre todo con un proyecto colectivo propio. “Y con voluntad de encaje efectivo en el marco español y europeo”.