Incapaz de impulsar una constitución catalana, Lluís Llach llama ahora a la desobediencia. El cantautor y exdiputado de Junts pel Sí considera “extraño que se pida a la calle que esté dispuesta a la desobediencia cívica si las instituciones, las dos, no aceptan el reto de la desobediencia institucional. No se puede pedir al país actitud republicano mientras gobierno y parlamento no rompen la costura autonomista”. Así se ha expresado en las redes sociales, a modo de crítica por la resistencia de las instituciones a implementar la república catalana.
Lo hace dos semanas después de que la Generalitat decidiera disolver el Consejo Asesor del Fòrum Cívico y Social para el Debate Constituyente, presidido por el propio Lluís Llach y cuya finalidad era genera un debate para sentar las bases de la futura constitución catalana. Sin embargo, tal como informó Crónica Global, que tuvo acceso a las actas de las reuniones de este “chiringuito” procesista, su actuación se ha caracterizado por las peleas internas, el malestar por las injerencias del Govern, así como la falta de una estrategia comunicativa y de recursos económicos. En nueve meses de vida, el Consejo no presentó ningún informe ni dictamen al Govern. Hoy precisamente aparece publicada en el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC) la orden de supresión del mismo.
“Existe una evidente preocupación de diversos miembros del Consejo por no generar falsas expectativas a la gente” y “se provoca muchas veces un verdadero batiburrillo entre lo que es, lo que debe hacer, el Consejo”, avisaban los miembros de este órgano --integrado, entre otros, por la republicana Marta Rovira, el expodemita Albano Dante Fachín, la cupaire Gabriela Serra y la periodista Beatriz Talegón-- según el acta de enero de 2019. Aunque los primeros desacuerdos se remontan a enero de 2018: “Hay una importante falta de consenso (que es absolutamente esencial) en relación a los objetivos reales del Fórum y cuál es el proceso que el Consejo debe seguir. En este punto, parece que se vaya constantemente hacia delante y hacia detrás sin acabar de encontrar un punto de inflexión”, confiesan.
Tras el rotundo fracaso de ese organismo, Llach arremete contra las instituciones ante un supuesto “otoño caliente” que pasa por la celebración de la Diada y de los “aniversarios independentistas” –sesiones rupturistas del Parlament los días 6 y 7 de sepiembre, aprobación de la DUI, refe´rendum del 1-O—y, sobre todo, de la sentencia del Tribunal Supremo sobre el procés.