La CUP abre la puerta al regreso de David Fernández

Las bases de la CUP han aprobado este fin de semana dar un giro a las estrategias políticas que han seguido hasta la fecha para intentar recuperar cuota de poder en Cataluña. El nuevo rumbo permitirá que David Fernández, su cara más visible, pudiera encabezar de nuevo una candidatura de la formación, ya que se elimina el veto a los que han sido cargos públicos a repetir en las instituciones. A partir de ahora, el límite será de “dos mandatos completos”.

También se ha dado luz verde a una posible entrada en el Gobierno de la Generalitat y salir de su posición de partido de la oposición. Eso sí, siempre con el foco puesto a superar el autonomismo en Cataluña e implementar de forma efectiva la república.

Consulta interna

Los antisistema han realizado una consulta interna entre el 25 y el 28 de julio. En ella, se han aprobado tanto el texto como las enmiendas que salieron de la Asamblea Nacional celebrada en Celrà (Girona) el pasado 14 de julio.

Se hacía necesaria una revisión de la estrategia política tras los golpes que ha recibido el partido tras las últimas elecciones municipales. No lograron recuperar la alcaldía de Badalona, perdieron la de Sabadell y no consiguieron ni siquiera entrar en el Ayuntamiento de Barcelona. Conservan Berga como bastión y han entrado en el Gobierno de Sant Cugat del Vallès, pero de la mano de ERC y del PSC, uno de los “partidos del 155” que ellos mismos denunciaban.

Adelanto electoral en Cataluña

El retorno de Fernández en la primera fila de la CUP, ya que nunca ha abandonado el partido, es un rumor que persiste desde hace meses. El actual hombre fuerte del partido en el Parlament, Carles Riera, habló de forma abierta de ello hace tan sólo unas semanas. Incluso le proponía como candidato de la formación para los próximos comicios en Cataluña.

Los partidos mueven ficha ante el posible adelanto electoral en otoño. La alternativa a la que ha apelado el vicepresidente económico de la Generalitat, Pere Aragonès (ERC), este sábado si no se consiguen los presupuestos de 2020. Con todo, la última palabra la tiene Quim Torra. Es el único que puede disolver el Parlament y llamar de nuevo a las urnas.