Sigue abierta la crisis de los manteros en el Ayuntamiento de Barcelona. Si en la tarde del viernes unos 350 vendedores se concentraron a las puertas del consistorio, este sábado el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, ha afirmado que la presencia del top manta en la ciudad “no es un problema de seguridad” sino social.
"Nuestra obligación es velar porque el espacio público sea un espacio de convivencia" donde se cumplan las leyes, ha el número uno del PSC en Barcelona en declaraciones a RAC1. Asimismo, ha hecho hincapié en las sanciones de hasta 500 euros a las que se enfrentan quienes compren estos productos falsificados.
Potenciar la inserción laboral
Collboni ha asegurado que la mayoría de los consumidores son turistas "que alimentan la rueda del comercio no autorizado", aunque ha insistido en que el objetivo de la campaña es concienciar. También ha afirmado que comprar a los manteros "cronifica una situación de precariedad y muchas veces de explotación laboral y tráfico de productos ilegales”. A este respecto ha puesto sobre la mesa la necesidad de contemplar estrategias de inserción sociolaboral a través de Barcelona Activa.
Sobre la protesta de los manteros en plaza Sant Jaume, ha dicho que no hay una fecha acordada pero que el Ayuntamiento está dispuesto a hablar con ellos sobre reinserción sociolaboral y respeto al comercio local. Asimismo, ha negado que existan discrepancias sobre este asunto en el equipo de gobierno.