"Entre sueldos bajos y desorbitados están los sueldos dignos". Este es un tuit de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, en 2014. La munícipe de la segunda mayor ciudad española ha caído en su propia trampa de la demagogia salarial y ha terminado, cinco años después, subiéndose el salario un 40%, hasta los 3.100 euros limpios mensuales. Lo ha hecho en apenas un mandato, durante el cual criticó, al menos al principio, la remuneración del resto de partidos. Ahora, subrepticiamente, y tal y como avanzó El País, debe dar un volantazo, con Google y las redes sociales en ebullición por su decretazo salarial.
Fuentes de la oposición municipal se expresan de forma clara. "No es tanto lo que cobre [Colau percibirá solo 43.700 euros limpios por capitanear una ciudad de 1,6 millones de personas], ya que el alcalde o alcaldesa de Barcelona debe estar bien pagado: es una gran responsabilidad. Lo chocante es el fin de la demagogia de Barcelona en Comú (BComú) sobre los cargos públicos y los salarios, y la traición de la primera edil con los suyos, con sus bases. Entraron en el gobierno criticando al resto de formaciones, con un halo de superioridad moral, como si hubieran inventado la política honesta. Ahora deberá rectificar", han criticado en conversación con este medio.
De criticar los salarios astronómicos...
En efecto, el nuevo "complemento" de 900 euros al mes que se ha fijado Colau para ella, el resto de ediles y los comisionados no los hacen para nada acaudalados. El artículo 75 bis de la La Ley de racionalización y sostenibilidad de la Administración local [consultar aquí] fija que los alcaldes de ciudades de más de 500.000 habitantes pueden percibir hasta 106.131 euros anuales, una retribución equivalente a la de un secretario de Estado. El jefe de corporación municipal de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, se queda a ocho décimas de ese umbral.
Colau y los suyos nunca quisieron seguir esa ley. En 2014, en plena negociación con la CUP para formar alianza --una entente que nunca fraguó--, los comunes votaron y aprobaron un código ético [consultar aquí] que fijaba un tope salarial de 2.200 euros después de impuestos al mes. Estableció BComú que esa percepción "garantiza unas condiciones dignas para ejercer las responsabilidades y funciones que supone el cargo asumido". Lo que es más, los comunes hicieron bandera de su limitación salarial durante la precampaña electoral de 2015. ¿Ejemplos? El 17 de julio de 2014 la propia Colau fue entrevistada en Catalunya Ràdio. Desgranó tres ideas fuerza. "Limitaciones de sueldos y mandatos, evitar la acumulación de cargos y mecanismos de control". ¿Más? El 21 de enero de 2015 la entonces aspirante compareció en Els Matins de TV3. "No nos gusta que la gente se eternice en las instituciones o que tengan sueldos desmesurados", soltó. En 2016, ya como alcaldesa, respondió públicamente a una noticia de El Mundo presumiendo de la congelación de emolumentos a los cargos públicos.
... a ser la quinta alcaldesa que más se sube el sueldo
Todo ello quedó atrás. En 2017 ya hubo una rebelión interna en Barcelona en Comú. Una memorando filtrado a la prensa propuso incrementar el sueldo un 1,5% y sumar complementos de desplazamientos y comidas. Los comunes acusaban el desgaste de gobernar con una limitación de sueldos draconiana. Mientras, sus rivales de la CUP, que consiguió arrastrar a la baja los salarios de su rival, se quedaban cómodamente en la oposición con un umbral de 1.600 euros al mes. No ha sido hasta el inicio del nuevo mandato que BComú se ha atrevido a ajustar las remuneraciones al alza. Lejos quedan ya los mensajes y tuits criticando al resto de partidos por los suelos "desorbitados".
Alcalde | Municipio | Incremento | Salario (€) |
José María Pérez (PP) | Pilar de la Horadada (Alicante) | +160% | 51.800 |
Inés Rey (PSOE) | A Coruña | +72,5% | 69.000 |
Tomeu Cifré (Tots x Pollença) | Pollença | +44% | 53.000 |
Luis Felipe (PSOE) | Huesca | +43% |
50.000 |
Ada Colau (BComú) | Barcelona | +41% |
De hecho, BComú rectifica tarde y mal. Los comunes parangonan sus salarios netos al de alcaldes de municipios menores --no grandes ciudades-- cuatro años después de alcanzar la alcaldía de la segunda urbe española en población. Cierto es que Colau sigue percibiendo un sueldo de 100.000 euros al año a todos los afectos --IRPF y Seguridad Social--, aunque la diferencia con los 43.700 se ingresa en los proyectos sociales de La Filadora [consultar aquí]. Lo nuclear es que el incremento del 40% ha dolido a nivel mediático. No en vano, Ada Colau se coloca como la quinta alcaldesa de España que más se sube el sueldo tras José María Pérez (PP, Pilar de la Horadada, +160%); Inés Rey (PSOE, A Coruña, +72%); Tomeu Cifré (Tots per Pollença, +44%) y Luis Felipe (PSOE, Huesca, +43%). El alza salarial, pues, ha generado un daño que Colau y los suyos podrían haber evitado. Si no hubieran sido rehenes de ciertos mensajes lanzados antes de alcanzar el gobierno del Ayuntamiento de Barcelona.