Ada Colau ha conseguido un milagro. Ha logrado que una constructora entregue nada menos que un millón de euros al Ayuntamiento de Barcelona para financiar el nuevo Ateneo Popular Sagrada Familia que se construye en la calle Nàpols.
Se da la circunstancia de que la inmobiliaria mecenas, Cel Urbà, es la misma empresa que levanta un edificio de viviendas a unos 300 metros de distancia, en el número 12 de la vecina plaza Sagrada Família. Una plataforma popular promovió la campaña Recuperem el Niza --se trata del solar donde había existido un cine, una sala de baile y un salón de billar con ese nombre-- para reivindicar la construcción de un espacio dedicado a los vecinos.
'Cel urbà'
Los activistas iniciaron la campaña de presión en 2016, solo un año después de que la alcaldesa accediera al puesto, para que el ayuntamiento adquiriera el espacio. También hacía poco que la disputa entre los herederos de la última propietaria del solar y el consistorio había finalizado en un acuerdo que daba luz verde a la promoción inmobiliaria.
No obstante, en aquel momento la finca del emblemático cine ya estaba bajo el punto de mira de Cel Urbà, con la que este medio se ha puesto en contacto en repetidas ocasiones, pero que se ha negado a dar su versión de los hechos. Sus planes --que finalmente ha salvado-- pasaban por levantar un bloque de pisos y dedicar los enormes bajos, que prácticamente llegan al otro extremo de la manzana, en la calle Rosselló, a un supermercado. Siempre se especuló con la posibilidad de que el destinatario final fuera Mercadona, que no tiene locales en las cercanías.
Mecenazgo
El ayuntamiento no ha dado a conocer la donación de un millón de euros, como sí hizo cuando adquirió el local y cuando comenzó las obras de adaptación. Este “convenio de colaboración empresarial” figura brevemente en el acta de la sesión ordinaria del 4 de diciembre de 2018 del Consell del Districte de l’Eixample.
El documento expone que la cuantía se destinará “al mecenazgo de actividades culturales de equipamiento” del nuevo ateneo, pero sin desglosar a qué irá dedicada exactamente la partida. Esta “aportación”, según reza el acta del distrito, fue aprobada por la Comissió de Govern del Ajuntament celebrada el 29 de noviembre de 2018, en cuya acta tampoco se amplía la información.
Secretismo
Las dos anotaciones pasaron absolutamente desapercibidas para los ciudadanos, tal como pretendía el ayuntamiento.
El secretismo con que el consistorio ha llevado el asunto ha provocado situaciones ridículas. Uno de sus portavoces llegó a asegurar en dos ocasiones a Crónica Global que el vendedor de los 1.350 metros cuadrados de la calle Nàpols donde se ubicará el ateneo era Cel Urbà. En realidad, nunca fue el propietario del solar, como las mismas fuentes reconocieron posteriormente.
Curiosidad
Otra curiosidad. Las obras, casi enfrente de la basílica de la Sagrada Família, se desarrollan desde hace dos años. Ningún cartel informa de qué empresa se encarga de ellas, ni el plazo de realización. Solo figura una placa metálica con la palabra “Controlado” y la señal de la rueda de carro que identifica a los colectivos gitanos.
La propietaria del local donde se ubicará el ateneo en la calle Nàpols era Vidal Aymerich, una firma auxiliar del textil. Así informó la propia empresa a este medio, que lo ha podido constatar posteriormente en el Registro de la Propiedad de Barcelona. Y así ha sido admitido finalmente por el consistorio.
Cinco millones
La compra del espacio, de 1.350 metros cuadrados, para la construcción del nuevo Ateneo Popular Sagrada Família se llevó a cabo a principios del 2017 por un precio de 2,4 millones. Las obras de rehabilitación, ejecutadas por la empresa municipal Bisma, tienen un presupuesto de 2,3 millones. El consistorio lleva invertidos cerca de cinco millones en el nuevo espacio, sin saber todavía en qué se va a invertir la aportación de la constructora Cel Urbà.
En febrero de 2018, Gerardo Pisarello, teniente de alcalde en aquel momento, anunció que las obras durarían nueve meses, aunque a día de hoy todavía no han concluido. El consistorio atribuye el retraso a las lluvias torrenciales del pasado otoño, que provocaron filtraciones de agua en el techo del local. Los imprevistos “supusieron un proyecto complementario de reparación y aislamiento” que obligaron a aplazar la finalización del ateneo un tiempo, explican fuentes del ayuntamiento.
'Recuperem el Niza'
Está previsto que las obras finalicen en "algún momento de la primera quincena de julio. Seguidamente se amueblará y finalmente “se pactará con las entidades la fecha en que empezará a haber actividad”, aseguran desde el mismo consistorio.
Según los organizadores del movimiento vecinal Recuperem el Niza, el barrio carecía de espacios sociales. Por supuesto, rechazaban la posibilidad de que en el solar del Niza, de propiedad privada, se construyera un hotel: entonces ya estaba vigente la moratoria. También se oponían a que se instalara un supermercado con el argumento de que el barrio tiene suficientes establecimientos comerciales. Las movilizaciones de Recuperem el Niza, que fueron mínimas, según los vecinos, que recuerdan que se centraban en recogidas de firmas para apoyar su iniciativa, desaparecieron en cuanto el consistorio anunció la adquisición del local de la calle Nàpols.