La política comunitaria continúa siendo una auténtica pesadilla para el independentismo. A los fallos del Tribunal Europeo de Derechos Humanos contrarios al procés, y la negativa de la justicia continental a que los prófugos Carles Puigdemont y Toni Comín puedan tomar posesión de sus escaños en la Eurocámara, se sumó este martes un nuevo varapalo. Josep Borrell, uno de sus más firmes detractores, ocupará un cargo destacado al frente de la Unión Europea (UE).
El actual ministro de Exteriores del Gobierno español se convertirá dentro de cuatro meses en el nuevo jefe de la diplomacia comunitaria como alto representante para la Política Exterior de la UE. El veterano político socialista, de 72 años, y que ya fue presidente del Parlamento Europeo entre 2004 y 2007, sustituirá en el cargo a la italiana Federica Mogherini. Su nombramiento tiene que ser aceptado ahora por el nuevo presidente de la Comisión Europea y avalado por la Eurocámara.
Nuevo 'mister PESC'
La persona que ocupa este cargo, popularmente conocido como mister PESC, asume al mismo tiempo una de las vicepresidencias de la Comisión Europea, con lo que Borrell se convertiría así en el representante español en el nuevo Ejecutivo comunitario. De este modo, España volverá a tener uno de los puestos de primera fila negociados por el Consejo Europeo, algo que no ocurría desde hace diez años, cuando el también socialista Javier Solana desempeñó la misma función.
Al alto representante le toca presidir las reuniones de ministros del ramo, buscar consensos, hacer propuestas y asegurar la coherencia de toda la acción exterior de la UE, incluido el comercio y la ayuda humanitaria. Además, dirige el Servicio Europeo de Acción Exterior, una especie de cuerpo diplomático europeo, y la Agencia Europea de Defensa. Entre 2010 y 2014, otro español, Joaquín Almunia, ocupó una vicepresidencia de peso, la de Economía, en la Comisión.
Azote del nacionalismo
Habitualmente crítico con los líderes nacionalistas, cuyos argumentarios ha desmontado con datos, Borrell se ha erigido en los últimos años en azote del secesionismo. Y, de forma especial, tras el referéndum ilegal y la declaración unilateral de independencia de octubre de 2017.
Este catalán nacido en La Pobla de Segur ha sido uno de los máximos referentes del constitucionalismo en Cataluña. Y entre sus funciones desde que asumió la jefatura de la diplomacia española el 7 de junio de 2018 ha destacado la defensa de los intereses España ante las críticas, los ataques y la propaganda de los líderes nacionalistas. Así, por ejemplo, una de sus primeras decisiones como ministro fue apoyar al exministro del PP Pedro Morenés, entonces embajador en Estados Unidos, por rebatir las críticas a España del presidente de la Generalitat, Quim Torra, en un acto en Washington.
Cierre de 'embajadas'
Borrell fue, de hecho, uno de los protagonistas de la multitudinaria manifestación convocada en Barcelona por Sociedad Civil Catalana días después de la votación del 1-O, en la que cientos de miles de catalanes expresaron de forma clara su respaldo a la democracia y el rechazo al secesionismo y sus métodos.
En su último año al frente de Exteriores, Borrell ha dado instrucciones y argumentos a los embajadores y cónsules españoles para que combatan los intentos de internacionalización del procés por parte de los actuales mandatarios de la Generalitat, dedicados a fondo a esa actividad, tal y como demuestra la continua apertura de embajadas catalanas en los últimos meses. Esta misma semana, el Gobierno español ha reclamado al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña el cierre de sus delegaciones en Alemania, Suiza y Reino Unido por considerar que están dañando la política exterior española y trabajando al servicio de un proyecto secesionista inconstitucional.
Fuerte influencia
Borrell renunció el pasado 26 de junio a su puesto como eurodiputado, justo un mes después de proclamarse ganador de las elecciones europeas en España como cabeza de lista del PSOE. Una decisión que tomó para seguir como ministro de Exteriores del Gobierno de Pedro Sánchez en funciones, a la espera de una investidura en el Congreso.
Defensor acérrimo del proceso de integración europea, Borrell es un peso pesado de la política continental, habitual en cancillerías y despachos europeos. Su llegada a Exteriores supuso su regreso a la primera línea política tras más de una década apartado de ella, y 22 años después de haber sido ministro de Obras Públicas en el último gobierno de Felipe González.
Malestar 'indepe'
Como es natural, su candidatura como nuevo jefe de la diplomacia europea ha generado un auténtico revuelo y duras críticas en el independentismo, tal y como puede apreciarse por parte de algunas de sus caras visibles.