Tiempos convulsos. Vox se burla del feminismo y de las políticas de género, mientras que el caso de La Manada demuestra hasta dónde puede llegar el machismo. En paralelo, cada vez hay más mujeres que acceden al liderazgo en ámbitos como el derecho, la política, los negocios, la ciencia y la cultura. Conclusión: queda camino por recorrer. De ahí que sea necesario no dar ni un paso atrás.
Una cincuentena de representantes de ese liderazgo femenino se dan cita ayer y hoy en Barcelona con motivo del "2nd Women Business & Justice European Forum", organizado por el Colegio de Abogados de Barcelona.
La primera jornada estuvo muy centrada en la importancia de las políticas públicas en la lucha por la desigualdad. A ellas se refirieron la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y la consejera de Justicia de la Generalitat, Ester Capella, presentes en el sesión inaugural. Al menos por unas horas, ambas dirigentes obviaron sus diferencias ideológicas y expresaron la necesidad de colaborar en la lucha contra el sexismo.
“Feminazis”, “psicópatas de género”, “vividoras”
A esa tesis se sumaron la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la ministra de Justicia, Dolores Delgado, que pasó cuentas con Vox. Lo hizo citando algunas frases pronunciadas por esta formación de extrema derecha, así como por otras voces contrarias a las políticas de género. Sobraban valoraciones: “La ley de género criminaliza a la mitad de la población”. “Feminismo bueno, machismo malo. Hay que acabar con este mantra”. “La sentencia de La Manada ha sido dictada por la turba feminista supremacista”. “Feminazis”. “Psicópatas de género”. “Vividoras”. “Las mujeres feministas odian al varón porque es su competidor”. “La dictadura de la ideología de género”.
Delgado invitó a reflexionar sobre las aportaciones inspiradoras de mujeres a lo largo de la historia y destacó el papel de la primera ministra catalana en la historia de España, Federica Montseny, que fue responsable de Sanidad en el Gobierno socialista de Largo Caballero. “Puso en marcha programas de ayudas a los más desfavorecidos. Transformó los orfanatos en hogares de infancia, con una sensibilidad de género. Creó ‘liberatorios de la prostitución’, que consistía en enseñar oficios a las prostitutas para que tuvieran capacidad de elección. También creó comedores para embarazadas y una lista de profesiones que los discapacitados podían ejercer. Presentó el primer proyecto de ley sobre el aborto. Era mujer, socialista y comprometida. Creía que a través de las políticas públicas se puede transformar la sociedad”, explicó.
"Ni un paso a atrás"
“Las políticas tenemos una gran responsabilidad, debemos trasmitir una posición de género a la que hemos llegado después de mucho esfuerzo y lucha. No deberíamos dar un paso atrás”, asegura la ministra.
Ha valorado el “cambio de paradigma” que ha supuesto el Gobierno de Pedro Sánchez, “donde hay mujeres en espacios ministeriales de gran trascendencia. Hacienda, Defensa Justicia… Había una complicidad muy grande en la perspectiva de género”.
Ha admitido que en Justicia existen unas leyes decimonónicas que no contemplan la perspectiva de género. “Lo primero que se acordó fue crear una comisión de expertas que entrasen a analizar la ley procesal penal para determinar las partes a modificar. Durante once meses se trabajó. Pero la legislatura se acabó”.
Banalizar la violación
En esos trabajos “se apreció que había una minusvaloración de la agresión sexual, que se banalizó el concepto de violación. Por ello, el Gobierno quiere excluir las penas de multa, que también banalizaba las conductas. Todo aquel comportamiento no consentido será penalizado".
En la mesa dedicada al liderazgo global, la Alta Comisionada para la Agenda 2030 para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, Cristina Gallach apeló a la participación de la sociedad civil en las políticas públicas. “Tenemos una agenda global que es una caja de instrumentos, que indica qué hacer contra la violencia de género y la desigualdad laboral. Tenemos un norte gracias a ese marco. Pero no es suficiente. Se necesita convicción”, afirmó.
Gallach se refirió a las mil mujeres asesinadas desde 2003, “un dato malo”, aunque es optimista en el sentido de que existe liderazgo y convencimiento.
También asistieron, entre otras, la exvicepresidenta de la Comisión Europea Viviane Reding y la asesora del ministro de Economía y Finanzas del Gobierno de Islandia, Svanhildur Hólm Valsdóttir. Las jornadas concluyen hoy con el reconocimiento de la figura de la juez del Tribunal Supremo Ruth Bader Ginsburg, segunda mujer en acceder a este alto tribunal. Esta magistrada logró que la discriminación sexual fuera reconocida ante la ley.