Contundente, sin medias tintas. Toni Roldán, el portavoz económico de Ciudadanos en el Congreso, deja su escaño y abandona sus responsabilidades en la organización, dolido por el giro “a la derecha” del partido de Albert Rivera. Ha asegurado, en una declaración pública en el Congreso, este mismo lunes, que decidió participar en Ciudadanos porque el objetivo inicial era el de superar la “España entre rojos y azules, pero ahora Ciudadanos es azul, ha cambiado, y esa estrategia supone un coste demasiado alto para España”.
Sin reformas ni estrategia
Roldán deja su puesto en Ciudadanos, como publicó Crónica Global en exclusiva, al considerar que las tres causas que identificaban al partido ya no se defienden como se debería: las reformas económicas, la regeneración democrática y el combate contra el nacionalismo.
A su juicio todo eso ha quedado borrado, con apuestas por otras medidas en el campo económico –bajada de impuestos sin atender reformas de calado; la apuesta por un acuerdo en Castilla y León con el PP, aunque hubiera gobernado desde hace más de 30 años; y la decisión en el Ayuntamiento de Barcelona de dejar que fuera alcalde el independentista Ernest Maragall, lo que provocó la ruptura en el grupo municipal que lideraba Manuel Valls, y que optó por Ada Colau.
Argumentos claros
Esa apuesta por recuperar el espíritu inicial de Ciudadanos ya no ha sido posible, según Roldán, que ha expresado su aprecio por Rivera. El problema es que el partido ha tomado, a su juicio, un camino que él no puede compartir: “Cómo vamos a ser creíbles en nuestra regeneración si apoyamos a partidos que llevan más de 20 años en el poder, cómo construir un proyecto liberal en España si no nos enfrentamos a la extrema derecha que son lo contrario de lo que representamos”, ha asegurado.
El malestar viene de lejos. Tanto Roldán, como Garicano o los intelectuales que ayudaron a la fundación del partido sostienen desde hace meses que Rivera se equivoca. El partido pretendía ser una fuerza centristas, que pudiera inclinar gobiernos, pero de talente progresista y reformista.
Castilla y León como ejemplo
Una de las claves, que actúa como ejemplo, es lo que ha sucedido en Castilla y León. El PP lleva gobernando desde hace más de 30 años, y Rivera ha apostado por un acuerdo de gobierno con la formación de Pablo Casado, a pesar de que el líder local Francisco Igea, ya había realizado una aproximación con el PSOE. Si lo que se justificaba en Andalucía pasaba por desalojar del poder al PSOE, ¿por qué no en Castilla y León? Es lo que algunos dirigentes como Roldán defienden.
Roldán no ha permitido preguntas, y, emocionado, ha asegurado que tiene un niño de tres años y que dedicará más tiempo a su familia. Su entorno familiar, precisamente, ha sido importante para llevarle a tomar esa decisión.