Al ser preguntado por la posibilidad de que Pablo Casado se abstenga en la investidura de Pedro Sánchez, el nuevo representante del Ayuntamiento de Barcelona por el Partido Popular, Josep Bou, lo tiene claro: “Yo no soy partidario de ningún cheque en blanco, sinceramente. Antes le exigiría una serie de cosas, pero evitaría dejar a Sánchez en manos de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)”.
En una entrevista con Crónica Global, Bou pide Manuel Valls que su designio sea servir a España y no a Francia. “Él sabe lo que le digo. Que no sea teledirigido por nadie y que sepa ayudar a los barceloneses, catalanes y españoles”. Y el político del PP también tiene palabras para Celestino Corbacho, edil de Cs en Barcelona: “Ha hecho una gran labor. Ahora ha decido irse con Ciudadanos, y de eso no opino. Estamos estudiando hacerles alguna oferta para aunar fuerzas en el consistorio, pero aún está todo en el aire”.
Precios del alquiler
Sobre el decreto decreto-ley de contención del precio del alquiler impulsado por la Generalitat de Cataluña, Bou cree que “poner techos es pan para hoy y hambre para mañana. Hay que propiciar la oferta”. ¿Cómo? “Haciendo que se construya más, así habrá más oferta y bajarán los precios”, razona.
Explica que en Barcelona hay muchos locales que no tienen actividad. “Si el propietario lo adapta para el alquiler de viviendas a cambio de que el ayuntamiento le dé una cédula de habitabilidad, salimos ganando todos. Ayudaremos al propietario, estimularemos la oferta de alquiler y, si la demanda se mantiene, bajamos los precios”, dice.
Área metropolitana
Para llevar a cabo las políticas de vivienda que promueve, las ciudades y terrenos que envuelven la ciudad juegan un papel fundamental. “El concepto de la Gran Barcelona a mí me va muchísimo, aunque --explica-- es cierto que los municipios a veces son como reinos de taifas. Un alcalde manda mucho”. A pesar de todo, tiene claro que si se quiere hacer algo “supramunicipal”, las diferentes opciones políticas tienen que entenderse.
Bou recuerda que en el área metropolitana es donde se genera el 62% del producto interior bruto (PIB) de Cataluña. “Es ahí donde hay más gente que tributa y que es solidaria con otros territorios”, dice. “El Solsonés es muy bonito, pero los habitantes de esa comarca caben en cuatro edificios del barrio de Bellvitge. Allí no hay industria, la ganadería es escasa… La cuestión de trabajar la tienen muy complicada. La mayoría son gente mayor, pensionistas. Desde Barcelona ponemos la parte que nos toca. ¿Y sabes cómo lo agradecen? Si viaja a Solsona, lo verá todo amarillo. Tiendrá que apartar los lazos con los brazos para poder andar. Yo no lo entiendo”, critica.
La batalla de Barcelona
Aunque el nacionalismo ha resuelto hacer de la capital catalana un terreno propicio para la batalla simbólica, Bou apunta a ciertas políticas para evitarlo. “Aquí se ha votado con las tripas. Pero si la clase media funciona, la gente vota con la cabeza”. Señala que uno de los grandes problemas de España desde que estalló la crisis es el gran número de parados: “Cuando en casa no entra un salario, la gente empieza a pensar muy mal”.
“Todo este mundo de Podemos lo vimos llegar y lo veremos partir. En la Barcelona del siglo XXI no puede existir un movimiento populista de estas características”, avanza. La mejor política, apunta el carismático concejal del PP, es dar empleo. Argumenta que para eso debe haber estabilidad y seguridad jurídica, que considera que no ha habido durante el procés.