Ada Colau protagoniza su primer desencuentro con su futuro socio de gobierno 48 horas después de su investidura. La alcaldesa de Barcelona aseguró que llevaría la decisión de recolocar el lazo amarillo en la fachada del ayuntamiento a la junta de portavoces, algo de lo que los socialistas se han desmarcado.
El concejal y portavoz del PSC en el consistorio, Jaume Collboni, ha asegurado en una entrevista a TV3 que su formación votará en contra de recolocar el símbolo secesionista en el balcón municipal. Los socialistas consideran que el lazo amarillo "no representa a todo el mundo", aunque ha expresado que la gobernabilidad de Barcelona quedará al margen del procés.
Pacto cerrado
Collboni ha remarcado que "el pacto existe" aunque "no esté firmado". El socialista lo ejemplifica con la decisión de Sara Berbel, que será la nueva gerente del ayuntamiento de Barcelona y que "tiene la aprobación de las dos formaciones de gobierno".
El edil socialista ha retado a ERC a vetar los proyectos progresistas para la ciudad de Barcelona. Se ha preguntado si la formación Esquerra Republicana votará en contra de propuestas de izquierdas, aunque se ha abierto a mirar hacia los republicanos para desarrollar la acción de gobierno. Ernest Maragall, en una entrevista posterior en el mismo programa, se ha mostrado contundente: "Veo muy difícil que nos entendamos en casi nada con el PSC".