El abogado de Joaquim Forn, Javier Melero, descarta cualquier posibilidad de condena por rebelión tras los hechos expuestos y también cualquier acusación de malversación sobre el exconsejero de Interior, Joaquim Forn. Eso sí, se podría defender la desobediencia como delito cometido por los encausados, así como el de "incitación a los desórdenes públicos".
Este último delito, según ha explicado en El Món a RAC1, forma parte del "cajón desastre" del corpus de delitos que llegan hasta la sedición y que pueden "ir desde la multa hasta la prisión". De hecho, la incitación a los desórdenes públicos sería como una "sedición leve". La defensa de Forn explica que iría contra a aquellas personas que inciten a terceros a cometer dichos actos delictivos.
Enmienda a la totalidad
Sus manifestaciones radiofónicas al día siguiente de que el juicio quedase visto para sentencia constituyen una descalificación integral de la estrategia que ha seguido el independentismo en el juicio por el 1-O ante el Tribunal Supremo.
De hecho, ha considerado que las alegaciones finales de los acusados fueron contraproducentes y ha recordado que la ley permite al juez usar esa última intervención en contra del reo. Ha admitido que aconsejó a Forn que se abstuviera de hablar.
Sin malversación
Melero ha descartado la existencia de malversación en los hechos que incumben a su defendido. Considera que la ocupación de los colegios no tiene "valor económico", que es uno de los motivos que se esgrime. En el caso del Diplocat, considera que "compra la malversación, pero desde la fundación" y no sobre su acusado.
Defiende en su lugar la desobediencia, porque para organizar el referéndum "pone todos los medios y se tensiona todo en el departamento de Interior". El reproche que se le hace es que Forn gastó muy poco "y que tendría que haber gastado mucho". Si desobedeció económicamente lo hizo en un "plano declarativo" y no en uno de "fáctico", puesto que los gastos acontecidos fueron aprobados en un Consejo de Ministros.
Crítico con el 'procés'
Tras reconocer que el juez Manuel Marchena, presidente de la sala segunda del Supremo que ha visto la causa, estaba en una complicada tesitura –pero ha sabido salir muy bien–, ha descartado que nadie le diga al tribunal lo que tiene que hacer. Eso, a su juicio, "sería golpista", porque el papel de los magistrados viene delimitado por la propia ley. Sobre la sentencia, ha considerado que los propios tempos judiciales harán que sea extraño que la condena de los presos llegue antes del otoño.
Preguntado por los periodistas, ha descartado que el juicio sea político y que se trate de presos políticos. De la misma forma, ha criticado que la referencia a Europa por parte del independentismo tiene "un componente de propaganda", puesto que ha habido "varapalos recientes", pero cada cual "ha leído como ha querido" esas decisiones judiciales.
En defensa de Oriol Pujol
Javier Melero se ha pronunciado contra el "escarnio público" al que se ha sometido a Oriol Pujol, otro de sus defendidos. "Existe un ensañamiento muy incomprensible y difícil de justificar. Hay un trato discriminatorio ad hominem" por ser el que es. Ha asegurado que en caso de no tener proyección la situación hubiera sido radicalmente distinta.
El abogado de la defensa de Joaquim Forn, que fue muy incisivo en el interrogatorio de Sáenz de Santamaría y de Rajoy, ha vuelto a criticar la actitud del expresidente y exvicepresidenta del ejecutivo español. Ha remarcado que, contro lo que "intentaron hacer creer al tribunal", sean unos "merluzos". "No puedo creer que no estuviera pendiente del 1-O. Si no lo estaba, peor todavía".