La jornada más confusa y tediosa del juicio del procés ha frenado de golpe el ritmo de una vista que se proyectaba con presteza a su recta final. Si las partes confiaban en que este mismo lunes comenzasen a ser proyectados los vídeos en los que acusaciones y defensas se apoyarán para apuntalar sus tesis contrapuestas en torno a la presunta comisión o no de un delito de rebelión, el inicio de esta fase, plagada de impugnaciones, lecturas interminables de centenares de documentos y referencias a fecha y número de folio de la causa que los contienen, ha ralentizado el desarrollo de una sesión que los propios fiscales y abogados han calificado de farragosa.
“Esto es un horror”, ha llegado a manifestar una de las letradas en uno de los recesos de la jornada, la número 47. Era el primer --y necesario-- parón de la mañana, que se ha producido cuando el presidente del tribunal, Manuel Marchena, ha optado por detener de súbito la intervención de la abogada del Estado, Rosa María Seoane, cuando esta enumeraba, uno a uno e interrumpiéndose cada cierto tiempo para poder beber agua, el enunciado de las pruebas en las que sostiene su acusación --correos electrónicos, tuits, entrevistas y artículos en medios de comunicación que pide que sean sometidos a la consideración del tribunal-- y cuya relación ocupa un total de 92 páginas.
Hastío en la sala
Tras el receso y cuando la letrada iba a proseguir con este trámite, las defensas no han dudado en anunciar que se daban “por instruidas” de las pretensiones de la acusación particular con el objetivo de evitar que se eternizase la lectura de los documentos. Pasaban las 12.30 horas y el hastío ya se había instalado en la sala.
Se trata de un trámite necesario, pero que generalmente tiene una menor duración, para que las partes puedan decidir si impugnan las pruebas presentadas por el bando contrario. Marchena ya había realizado una advertencia al inicio de la sesión: únicamente podían recurrirse los documentos en caso de recelar de su autenticidad o de que estos pudieran vulnerar algún derecho fundamental. Sin embargo, unos y otros se miraban cuando la fase ha dado comienzo.
Los abogados de las defensas durante una sesión celebrada en el Tribunal Supremo en el juicio del 'procés' / EFE
La fiscal Consuelo Madrigal ha sido la primera en tomar la palabra, dudosa de hasta qué punto debía concretarlas, lo que ha llevado a Marchena a espetarle: “No puedo especificar al fiscal lo que debe hacer”. Entre ellas, varias entrevistas al exconsejero de Interior Joaquim Forn, la transcripción original de la agenda Moleskine y el documento Enfocats hallados ambos en la vivienda del ex número dos de Oriol Junqueras Josep Maria Jové (y que el ministerio público considera documentos clave para acreditar el modo en que se estructuró la estrategia soberanista de cara a lograr la independencia de Cataluña), la presentación del referéndum llevada a cabo el 9 de junio de 2017 en el patio de Els Tarongers del Palau de la Generalitat y numerosas facturas emitidas por Presidencia supuestamente vinculadas con la consulta.
Las defensas se alzan en bloque
Después ha llegado el turno de la letrada de los servicios jurídicos del Estado, que ha intentado evitar por todos los medios tener que dar lectura a su informe completo frente a un Marchena que le ha impelido a entrar de lleno en la documentación y exponerla.
Las defensas se han alzado en bloque para impugnar las nuevas pruebas propuestas por las acusaciones, cuestiones, principalmente, sobre las que los acusados no fueron interpelados. Tal ha sido, por ejemplo, el caso de Jordi Pina, abogado de los exconsejeros Josep Rull y Jordi Turull y del exlíder de la ANC Jordi Sànchez, quien ha cuestionado la validez de los e-mails por los que sus patrocinados no fueron preguntados durante su declaración en el juicio. Por su parte, Olga Arderiu, abogada de la expresidenta del Parlament Carme Forcadell, ha pedido que no sea incluida entre las pruebas a tener en cuenta la traducción del catalán al castellano, por no ser “fiel” al contenido, de la agenda Moleskine así como los tuits atribuidos a su clienta.
Melero se sale del guion
El único abogado que no ha impugnado documento alguno ha sido el de Forn, Xavier Melero. Según el letrado, las pruebas de las acusaciones “son dúplex”: apuntalan las tesis de la defensa y, por tanto, se servirá de ellas para solicitar la absolución del exconsejero.
La tarde no ha variado un ápice respecto a la mañana. Los abogados también han dado a conocer la documentación que desean que el tribunal valore como prueba. También ha habido hueco para los rifirrafes entre Marchena y Madrigal, quien ha pedido impugnar las consideraciones que los letrados han efectuado contra la documentación presentada por las acusaciones. En medio de tal barullo, el magistrado le ha respondido que será ya mañana cuando dé una respuesta a todas las peticiones formuladas por las partes a lo largo de la jornada. “Vamos a deliberar y, en función de la respuesta, podrá formular protesta”, ha aseverado el presidente dirigiéndose a la fiscal.
Recta final
Al término de la sesión, Marchena ha ofrecido pistas sobre cómo contempla que se desarrollen las próximas jornadas. En principio, mañana comenzarán a proyectarse los vídeos en los que la Fiscalía contempla sustentar el delito de rebelión que atribuye a nueve de los procesados. Tras ello, serán visionados los de las defensas. Se trata de una fase que se prevé que se alargue durante varios días debido a la extensa duración de los vídeos. Será inmediatamente después cuando las partes formulen sus conclusiones definitivas: las acusaciones --la Fiscalía, la Abogacía del Estado y Vox-- deberán dar a conocer si mantienen o modifican sus peticiones de condena y las defensas anunciarán, como es previsible, que continúan reclamando la absolución de los doce procesados.
Una vez expuestas las conclusiones, el juicio entrará en fase de informes, durante la cual las acusaciones, en primer lugar, detallarán los hechos que consideren probados. Marchena ha explicado que, una vez conocidos tales alegatos, las defensas dispondrán de seis días para preparar los suyos. Finalmente, se contempla que a mediados de junio todos ellos den paso a los acusados, que dispondrán de quince minutos cada uno para hacer uso, si así lo desean, de su derecho a la última palabra. Será inmediatamente después cuando el juicio quede visto para sentencia.