La incertidumbre por la alcaldía de Barcelona aumenta la participación

La incertidumbre sobre quién podrá ser el alcalde o alcaldesa de Barcelona ha provocado un aumento en la participación hasta las 13 horas de este domingo. El porcentaje llega hasta el 35,2%, un 2,43% más que en 2015, cuando se alcanzó el 32,69% aunque por debajo del nivel de las elecciones generales, que llegó al 41%.

La participación podría marcar la jornada electoral de este domingo. A diferencia de lo que ocurrió en las elecciones generales, los colegios electorales en Barcelona no se han caracterizado a lo largo de esta mañana por grandes colas. En el ensanche barcelonés no ha habido grandes aglomeraciones, ni en el más grande, el de la Escuela Industrial. Sin pausa, pero de forma fluida, los ciudadanos han ido depositando su voto. En cualquier caso, la participación es mayor a estas horas que en 2015, impulsada por la batalla entre los diferentes candidatos por la alcaldía.

Llamada a la participación

Los diferentes candidatos han animado, precisamente, a la participación, con la idea de que hay mucho en juego. El alcaldable Manuel Valls ha señalado que están elecciones municipales “son las más importantes en la historia democrática de Barcelona”, con el objetivo de que sean unos comicios “del cambio”.

En otra línea distinta, la alcaldesa Ada Colau, la candidata de Barcelona en Comú, ha considerado que Barcelona “puede enviar un mensaje de esperanza”.

Más votos para las europeas

Las elecciones generales han experimentado una subida considerable, al coincidir con las municipales y autonómicas en gran parte de España. Si en 2014 el porcentaje de voto a las 13.00 horas era del 23,87%, ahora ha sido del 34,71%. Más de diez puntos.

En cuanto a las elecciones municipales en el conjunto de España, el porcentaje es similar. En 2015, la participación fue del 34,78%, y este domingo a la misma hora había alcanzado el 35,13%. En algunas comunidades y municipios esa media varía, como ha ocurrido con Barcelona, pero no de forma significativa, y siempre por debajo de la participación de las generales del 28 de abril, que estuvieron marcadas por una fuerte polarización entre el bloque de izquierdas y de derechas.