Jordi Cañas (Barcelona, 1969) es uno de los grandes referentes de la militancia de Ciudadanos. Es candidato a las elecciones europeas, y desde Bruselas está dispuesto a mantener su discurso combativo y sin tregua contra el nacionalismo y el proceso independentista en Cataluña. Cañas tiene ganas de “hacer política”, pero entiende que para que se pueda producir una situación de diálogo, el independentismo debe apostar, sin fisuras, por las vías legales. En una entrevista con Crónica Global sostiene que denunciará en el Parlamento Europeo “el veneno y la basura” que, a su juicio, no ha dejado de verter el nacionalismo catalán --y Carles Puigdemont en concreto--, en los últimos años contra España. Y constata que “la Ley de Claridad de Iceta se llama Constitución española”.
Para el independentismo, Cañas es la cara visible de Ciudadanos que con más dureza ha atacado sus postulados. También Albert Rivera, pero Jordi Cañas nunca ha rechazado la imagen del “halcón” que tiene claro a quién quiere defender. Y esa es la distinción que realiza el candidato de Ciudadanos cuando se le pregunta por una posible salida que pueda satisfacer a esa parte de la sociedad catalana que se ha movilizado y que se declara independentista. Entiende que a Ciudadanos le ha tocado defender a “los que quedaban en silencio, a la otra parte que ha considerado que las cosas no pueden seguir igual”. Cañas no se refiere a la coyuntura, que también, sino “a los últimos 35 años, en los que los nacionalistas han hecho lo que han querido”.
Jordi Cañas durante la entrevista en 'Crónica Global' / LENA PRIETO
Combatir de raíz el nacionalismo
Esa es la diferencia que marca Ciudadanos con otros partidos constitucionalistas, como el PSC o el PP. Con una especial crítica a los socialistas, al entender que han ayudado al nacionalismo en la construcción de unos determinados parámetros sociales y políticos en Cataluña que se entiende que no se pueden traspasar, la formación naranja reclama darle la vuelta a ese proyecto con una labor que “durará años”. Es decir, Cañas quiere combatir la raíz del proyecto nacionalista en Cataluña, al margen de si se produce o no un cierto cambio en la actual situación de bloqueo. Y para ello el rechazo al Gobierno de Pedro Sánchez también es total, por lo menos en este inicio de legislatura, para constatar que Sánchez necesitará apoyarse en los partidos independentistas.
Cañas no pide, sin embargo, una catarsis por parte de nadie. “Partiendo de la base de que nadie ha pedido a nadie que renuncie a lo que defiende y a lo que es, lo que sí decimos es que defendemos la Constitución y los principios constitucionales y que si alguien dice que no respeta la Constitución, entonces no hablamos con él”. Esa es la frontera que marca Cañas, que critica con dureza al socialista Miquel Iceta, por proponer posibles salidas, como el porcentaje del 65%, según el cual, si hubiera una mayoría independentista de ese calibre se debería negociar algún acuerdo.
¿Barcelona se independiza como Singapur?
Eso implica que el Gobierno español debería impulsar una especie de Ley de Claridad, como aprobó el Gobierno Federal de Canadá, tras una sentencia del Tribunal Supremo. Con esa ley, el Gobierno fijó las posibles condiciones de nuevo referéndum para el Quebec. “España no es Canadá”, señala Cañas, que insiste en que se intercambian los conceptos. “Podríamos hacer la pregunta al revés, en referencia a Iceta: si hubiera un 70% en contra del independentismo, ¿se debería impulsar un estado centralizado? La respuesta es que España es una democracia liberal, y el demos es el pueblo español. ¿Por qué, qué hacemos si Barcelona quiere convertirse en Singapur? ¿No puede? ¿O Cornellà, si quiere independizarse? La soberanía no recae en el pueblo catalán, hay que saber quién es el sujeto soberano y quién es el demos, y es el pueblo español”.
¿Qué implica esa posición? Según Cañas, antes de cualquier Ley de Claridad se debería acometer una reforma constitucional. “Si una modificación constitucional, desde la premisa de que el sujeto de la soberanía es el pueblo español, habilitase a una parte de ese demos a poder decidir sobre sí misma, además de esa reforma, se debería desarrollar la Ley de Claridad de Iceta, pero no antes. Es otra cosa. Sin embargo, para Iceta todo es antes: los indultos antes de las condenas, o la Ley de Claridad antes de la reforma constitucional. Por eso, la Ley de Claridad de Iceta se llama Constitución española".
Aunque “no es santo de mi devoción”, el modelo que Cañas sugiere al independentismo catalán es el del PNV. “No has traspasado la ley”, remacha, con una idea que se repite a lo largo de la entrevista con Crónica Global: “Para poder hacer política, deben pedir perdón por todo lo que han hecho, que fue un golpe de Estado, digan lo que digan, y todavía no lo han asumido”.