Llegaron al Congreso con tono sobrio, trajes negros y corbatas oscuras, frente a las coloridas camisetas de fantasmas arcoíris de otros parlamentarios. No obstante, la discreción de los diputados de Vox se quedó en la vestimenta tras protagonizar un estruendoso inicio de la XIII legislatura. En el único día en que los grupos no tienen asiento asignado, Abascal y compañía se colocaron una grada por encima de los sillones azules reservados para el Gobierno en la bancada socialista. El objetivo era captar visibilidad desde el primer minuto y siguió con el juramento “por España” y los golpes a la mesa para que no se escuchara a los diputados independentistas.
En una jugada planificada, los diputados de Vox se presentaron los primeros al Congreso para asegurarse salir en la foto y no quedar relegados a las zonas más alejadas del hemiciclo. Pasadas las ocho de la mañana ya había una parte de los 24 diputados del partido de ultraderecha que ocupaban sus escaños en la Cámara Baja, entre ellos Santiago Abascal, Javier Ortega Smith e Iván Espinosa de los Monteros. Sin embargo, el miembro del PSC José Zaragoza se colocó de barricada entre el líder del partido y el que será portavoz de la formación.
Los diputados de Vox en el Congreso con José Zaragoza (PSC) entre Santiago Abascal e Iván Espinosa de los Monteros / EFE
Distribución de los partidos
Vox se ha beneficiado de que en la sesión constitutiva del Congreso los diputados pueden sentarse libremente. No obstante, la próxima vez que se vuelvan a dar cita no ocurrirá lo mismo. La decisión de la distribución de los grupos es competencia de la Mesa. Fuentes de la Cámara Baja apuntan que con toda previsibilidad será este miércoles o jueves cuando se acuerde el lugar que corresponderá a cada partido durante la legislatura.
Sin embargo, en 2016, cuando se conformó la distribución del hemiciclo, las negociaciones se trabaron durante dos semanas a causa de la falta de acuerdo entre los partidos y de la composición de la Mesa; en la legislatura que se inicia será diferente. El desencuentro se resolvió con un acuerdo que generó las protestas de Unidos Podemos, que lamentaba la poca presencia que se le daba en las primeras filas.
Captar los focos
Conscientes de su lugar privilegiado, los diputados de Vox se han estrenado en el Congreso captando los focos que apuntaban al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. Así, Abascal estuvo presente en alguno de los momentos más destacados de la primera sesión, como el apretón de manos entre Sánchez y Junqueras. De hecho, en un plano de televisión se pudo apreciar cómo en ese momento el líder de Vox da la espalda con su sillón al político de ERC e invade una parte del pasillo, dificultando el paso a algunos de los parlamentarios que subían las escaleras, entre ellos José Zaragoza, que tuvo que apretarse contra la pared para pasar.
Junto con Ciudadanos y más tarde el PP, Vox volvía a hacerse notar dificultando que se escuchara a los diputados independentistas a través de golpes en la mesa. La nueva presidenta del Congreso, Meritxell Batet, tuvo que pedir respeto para frenar la algarada.
"Hemos expresado malestar"
De los Monteros defendía la actitud de su grupo: "Hemos tolerado muchas fórmulas que no nos han gustado. Se ha jurado por su pueblo, por el planeta, esto ha sido una chufla. Pero cuando han venido a romper la Constitución y reírse de nosotros hemos expresado el malestar”.
Sin embargo, no le parecían razones al diputado de Compromís, Joan Baldoví, que en los pasillos del Congreso pedía un curso de "buena educación, buenas maneras y respeto".