“Como acabo siempre mis intervenciones, que Dios les bendiga a todos y que Dios bendiga a España”. Aplausos cerrados, algún ¡viva!, más aplausos, cierta emoción. Es el Círculo Ecuestre y quien pronuncia la frase es Ignacio Garriga, el candidato de Vox. En uno de los santuarios de la burguesía catalana, que ha ido ampliando su ámbito de influencia en los últimos años, Garriga esgrimió este miércoles, en un almuerzo, todo el argumentario de Vox, sin complejos, con ánimo de irrumpir en la política catalana con estruendo y con la impresión de que comienza a recoger frutos.
El Círculo Ecuestre suele organizar debates justo antes de las elecciones. Pasan todos los candidatos. ¿Pero qué se debía hacer con los líderes de fuerzas extraparlamentarias? El Círculo, que preside Alfonso Maristany, consideró que debía prevalecer la “libertad de expresión”. Y ya ha organizado otros encuentros, como el de la pasada semana con la candidata de Convergents, Sílvia Requena, un partido surgido de Convergència, en octubre de 2017, que dirige el exconsejero de la Generalitat, Germà Gordó.
¿Aplausos traducidos en votos?
En aquella ocasión también se produjeron aplausos, en un acto que presentó el periodista Josep Cuní. La idea de que hubiera una fuerza catalanista que pudiera influir en el Congreso, sin ser independentista y con el ánimo de garantizar la gobernabilidad, gustó a los empresarios del Ecuestre.
Pero también gusta un discurso duro, desnudo, con la idea de que las leyes se cumplan, y que defiendan la “nación española”, algo que no se escucha nunca en Cataluña, por parte de ninguna fuerza política salvo, en los últimos años, por parte de algunos dirigentes del PP catalán y de Ciudadanos. Lo que pasó este miércoles podría apuntar a un buen resultado de Vox en Cataluña. También pudiera ocurrir que esos aplausos cerrados fueran únicamente de cortesía. Pero hubo “emoción”, según explican algunos de los presentes.
Ignacio Garriga, el líder de Vox en Cataluña
El estado de las autonomías es "confiscatorio"
Esa burguesía del Ecuestre tuvo que escuchar frases contundentes por parte de Garriga, que cargó contra la “elite catalana” por no haber “colaborado” con el proceso independentista. Su idea, el programa de Vox, es que “el estado de las autonomías es confiscatorio y está al servicio de las ideologías, como la ideología de género”. Siguiendo el ángulo de visión de Vox, Garriga señaló que “la partitocracia dé paso a la soberanía española”. Insistió en que el Estado de las autonomías debe desaparecer, de forma progresiva, para que “un solo gobierno y un solo parlamento” dirija el destino de España.
¿Y cómo hacerlo? Con “la aplicación del 155”, aseguró Garriga, que también será candidato de Vox en las elecciones municipales por Barcelona. La receta será la misma en todas las administraciones: “Rebajar impuestos, algo que será posible, porque se eliminarán chiringuitos y se eliminará subvenciones a partidos, sindicatos y grupos de presión”. Aplausos y aplausos.
Una "autoinvitación"
Hubo algunos gestos de cierta “perplejidad”, pero Garriga se sintió bien acogido en la sala del Ecuestre. El hecho es que fue el propio Garriga, a través de contactos con el Ecuestre, algunos de carácter familiar que son socios del club, quien solicitó el acto. Y el Círculo, como ocurrió también en el caso de la candidata de Convergents, optó por darle curso, sin pensar en que se pueda entender como un compromiso o como una defensa de los postulados de Vox.
“Viva España, Viva el Rey, y que Dios les bendiga a todos y que Dios bendiga a España”, sentenció. Los aplausos se sucedieron. Ahora habrá que esperar al domingo para comprobar el peso que pueda tener Vox en Cataluña, y los diputados que envíe al Congreso.