El ascenso de las expectativas electorales de Vox en los últimos meses ha discurrido en paralelo a la puesta en marcha de una estrategia de enfrentamiento directo con los medios de comunicación por parte de la formación de extrema derecha.
El partido liderado por Santiago Abascal es muy crítico con la prensa en general --a la que, en muchas ocasiones, acusa directamente de mentir--, administra con cuentagotas los medios en los que aparece --sus dirigentes ofrecen muy pocas entrevistas y no son proclives a los debates-- y centra todos sus esfuerzos en las redes sociales y en los mítines.
“Cansados” de la “manipulación”
El cabeza de lista de Vox por Barcelona al Congreso, Ignacio Garriga, justifica la estrategia comunicativa de la formación con el argumento de que “la mejor manera de trasladar el mensaje es en primera persona”. “Hemos llegado hasta aquí porque nos hemos movido en redes sociales y en Whatsapp, porque no teníamos altavoces”, explica a Crónica Global. E inmediatamente después critica a los medios: “Sabemos que una entrevista está sujeta a manipulación. Como estamos cansados de ver cómo los medios de comunicación manipulan nuestro mensaje, ¿para qué lanzar el mensaje a través de los medios, si luego lo van a manipular? Para eso, mejor salir a la calle, hacer mítines y explicar el proyecto a la gente de viva voz”.
La apuesta de Vox es clara, pero ¿qué opinan los expertos en comunicación política? ¿Es una estrategia acertada o se equivocan?
“No necesitan” ir a los medios
Para la especialista y asesora en Comunicación y Liderazgo Verónica Fumanal, la estrategia de Vox es “de libro”. “Si no aparecieran en los medios, obviamente que mendigarían las entrevistas, pero no las necesitan porque los medios están todo el día hablando de ellos”, señala.
De forma similar se posiciona Pablo Simón, profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III de Madrid, quien asegura entender perfectamente “la racionalidad” de la estrategia comunicativa de Vox. “No necesita aparecer en los medios para aparecer en el debate”, añade, e insiste en que “la estrategia que siguen es acertada, la entiendo y yo se la hubiera recomendado”.
Javier Ortega Smith, secretario general de Vox, durante un mitin / EFE
Aprovechan “la crisis de credibilidad” de los medios
Fumanal considera que el partido de Abascal “asume, copia o se inspira en otros fenómenos de corte populista” como los aparecidos en EEUU, Brasil o Francia. Así, toman elementos del establishment, del sistema, para criticarlo y presentarse como “outsiders” en busca del “voto de la patada en la mesa”, del “hay que cambiarlo todo” e “ir a por todas”.
En este caso, destaca la politóloga, no apuntan “a la Constitución o a la casta, como hizo Podemos, sino a los medios de comunicación”, “aprovechando que atraviesan una de sus peores crisis de credibilidad”. Vox utiliza “esta grieta en la que la gente se cuestiona si lo que cuentan los medios es cierto o no, y se cuelan reafirmando las creencias de toda esa gente”. Además, a diferencia de Pablo Iglesias, “que criticaba a los medios desde sus tribunas”, optan por ser más coherentes y no acudir a ellos.
Que hablen de ti
La experta en comunicación política subraya que, cuando los dirigentes de Vox cargan contra la prensa por alguna información o análisis incómodo para ellos, “dicen que es mentira y que, como todos los medios son unos manipuladores, no hay que creerles”. “Y como lo hacen desde fuera de los medios, tienen más credibilidad”, añade.
En todo caso, insiste la asesora en comunicación, tampoco les importa demasiado que los medios les critiquen duramente. “Un conocido spin doctor norteamericano decía: que hablen mal de ti pero que pongan bien tu nombre”, indica.
Izquierda y derecha miran a Vox
Pero, ¿por qué los medios hablan tanto de Vox? Según Simón, los de Abascal “están consiguiendo marcar el debate público porque nadie puede sustraerse a alguien que es un fantasma o el elefante en la habitación”.
“De una manera o de otra, quien quiera gobernar en España mira a Vox: si gobierna la derecha, será apoyándose en Vox; mientras que la izquierda tiene interés en polarizar con Vox; por lo tanto, los medios de comunicación prestan atención incluso a los tuits que hace Vox. Así, todo es muy sencillo y esto le permite marcar debate, marcar agenda sin necesariamente exponerse a no controlar su mensaje”, analiza el doctor en Ciencias Políticas y Sociales por la UPF.
Los candidatos de PSOE, PP, Cs, Podemos y Vox para las elecciones generales del 28A, Pedro Sánchez, Pablo Casado, Albert Rivera, Pablo Iglesias y Santiago Abascal, respectivamente / CG
El interés de los medios
Fumanal añade otro elemento al análisis, como es el interés que despierta en los medios una formación tan estridente como Vox. En ese sentido, recuerda que hablar de Donald Trump --aunque fuera muy mal-- generaba buenas audiencias y, por tanto, grandes ingresos a las cadenas estadounidenses durante la campaña para las pasadas presidenciales estadounidenses. Esto supuso que el candidato republicano llegó a doblar a la demócrata, Hillary Clinton, en tiempo de presencia en los medios.
“Vox domina la agenda mediática porque hay una parte de los partidos que le quieren hacer un cordón sanitario y hay otros que no. También por eso los medios de comunicación hablan constantemente de ellos”, destaca.
Es “inevitable” obviarlos
Por su parte, Simón explica que está acreditado que “cuando los medios de comunicación prestan atención a los partidos, estos suben en los sondeos y tienen más probabilidades de mejorar sus expectativas electorales”. Y Vox lo tiene muy claro al respecto, “su estrategia es muy sencilla: dejemos que hablen, que sigan la agenda sobre nosotros”.
¿Pero cómo ha conseguido Vox que los medios muerdan el anzuelo? El profesor de la Carlos III insiste en que “los partidos de la derecha están compitiendo contigo y, por tanto, te miran de reojo todo el rato, y desde la izquierda, para movilizar a sus electores, tienen la necesidad de asustar con la potencial emergencia de Vox”. “El juego de estas dos cosas está permitiendo esa estrategia que creo que Vox sigue acertadamente y que no tiene demasiado problema. Mientras tanto, siguen llenando mítines, mostrándose como un partido hipermovilizado. Pero es inevitable que se le haga la campaña a Vox”, concluye.
El veto en los debates, un chollo
En relación a los debates, Fumanal enfatiza en que la exclusión de Vox les beneficia --y están encantados con ello, como han demostrado recientes filtraciones de sus comunicados internos-- a pesar de que en público pongan el grito en el cielo.
La politóloga señala que el veto --ya sea por parte de la Junta Electoral Central o de los demás partidos-- es “el mejor escenario” para Vox porque les permite explotar el victimismo --”no nos quieren, el sistema nos excluye-- y además no tienen que ir al debate a “evidenciar” la falta de consistencia de sus propuestas políticas. Una posición típica del “populismo”, sentencia.