Junts per Catalunya lo fía todo a las elecciones europeas y ‘pasa’ de las elecciones ‘españolas’ del 28 de abril. Las contradicciones son enormes. Nadie sabe cómo aterrizar. Pero algunos, como Carles Puigdemont, tampoco tienen ningunas ganas. Lo que se quiere es derrotar al adversario, Esquerra, y mantener el pulso con el Estado. Lo que ocurra ahora con las elecciones generales no interesa.
En gran parte esa distancia se ha producido porque se asume que no se obtendrá un buen resultado y porque el clima interno en el partido, en el PDeCAT no es, precisamente, el mejor. La decisión de un grupo de dirigentes, con Marta Pascal a la cabeza, de dar el paso y desmarcarse de Puigdemont a las puertas de las elecciones, ha trastocado muchos planes, también los de Artur Mas, que valora, de forma “sorprendente” para algunos la estrategia de Puigdemont de internacionalizar el llamado problema catalán.
El poder territorial en juego
Lo que tiene por delante el mundo exconvergente es muy complicado. Una victoria clara de Esquerra por delante de Junts per Catalunya en las elecciones generales ya se da por descontada. Pero, ¿qué pasará en las elecciones municipales y europeas? Puigdemont ha tomado todo el control del partido. Mientras se anunciaba en el PDeCAT que se iban a elegir los nombres de la lista a las europeas, ratificados en el consejo nacional que se iba a celebrar este martes, Puigdemont anunciaba su lista, digitalmente, con Toni Comín como número dos este pasado lunes.
Torra, Artadi y Mas, en la manifestación 'indepe' en Madrid
Los exconvergentes son conscientes de que el poder se debe a su implantación territorial. Cientos de alcaldes y concejales están en juego en las municipales. El empuje de Esquerra y la división interna en el PDeCAT no promete buenos resultados. Si eso se une al desastre que se avecina en las generales, --el CIS le otorga entre cuatro y cinco diputados, por los ocho logrados en 2016, y frente a los 14-15 que se pronostican para ERC-- el cisma puede ser importante. Pero Puigdemont piensa en las europeas, y en lograr imponerse frente a Esquerra, que tiene como candidato a Oriol Junqueras. Es el duelo esperado. Con unos 350.000 votos, Puigdemont puede lograr el escaño de eurodiputado, al margen de si puede o no serlo, porque debería recoger su acta en Madrid, según las fuentes consultadas.
Homs y Madí animan a Mas
Ante ese panorama, ha llegado la decisión de Pascal. Se trata de una parte importante del partido que quiere dejar de depender de las decisiones de Puigdemont desde Waterloo, y que piensa ya seriamente en una escisión tras las municipales y europeas, y de cara a las elecciones autonómicas.
La figura de Artur Mas en ese escenario es determinante. Mientras algunos de sus valedores de siempre, como Francesc Homs o David Madí, señalan que Mas estará disponible a partir de febrero de 2020, --cumple el castigo de la inhabilitación por cargo público por la causa del 9N-- la cuña de Pascal puede precipitar las cosas. Esa parte del PDeCAT, como explican fuentes del partido, no quiere repetir ni los mismos esquemas ni abrazar como líder al mismo personaje al que se le responsabiliza de la actual situación en Cataluña.
La opción de Mas, aguantar en el PDeCAT
Y Mas, que lo sabe, ha dado indicaciones en distintos encuentros con dirigentes y exdirigentes exconvergentes sobre el “error” que cometería Pascal si provoca una escisión o la creación de un nuevo partido. Hay que aguantar, señala Mas, y rehacer las cosas dentro del PDeCAT, esperar resultados y mantener la figura de Puigdemont, necesaria a su juicio, para “internacionalizar” el problema catalán, para que esté viva la demanda del derecho de autodeterminación.
Marta Pascal, en un acto con Carles Campuzano
Esa es la disyuntiva que vive el PDeCAT, dentro de Junts per Catalunya. El panorama, señalan las mismas fuentes, es desolador. En la presentación de campaña de las generales, todos los que protagonizan el acto son fieles a Puigdemont, con la incorporación de Artur Mas. Ya no hay otros dirigentes. En la sala Fabra i Coats, en Barcelona, este jueves, estarán Elsa Artadi, Meritxell Lluís (la mujer de Josep Rull, candidato por Tarragona), Míriam Nogueras, Laura Borràs, Jordi Sànchez (a través de algún mensaje de audio) y Artur Mas, que ejercerá de telonero del presidente Quim Torra, con la clausura a cargo de Puigdemont, desde Waterloo.
En el nombre de Torra
Eso es, ahora, el núcleo de la exConvergència, manejado por Puigdemont, que buscará un cuerpo a cuerpo con Junqueras en las elecciones europeas. Si el electorado independentista responde, ¿qué podrá hacer el sector crítico del PDeCAT?
Pase lo que pase, y con la previsión de que Puigdemont puede sufrir una importante erosión, la decisión parece tomada. Habrá una parte del PDeCAT que, tras las municipales y europeas del 26 de mayo, buscará complicidades con otros grupos para presentar una candidatura a las elecciones autonómicas, que, posiblemente, llegarán en 2020, cuando se conozca la sentencia sobre los políticos independentistas presos. Eso dependerá de Torra, el único que puede firmar el decreto de convocatoria, y, por tanto, dependerá de Puigdemont, que tiene plena ascendencia sobre el presidente, a no ser que Mas comience a actuar, como le piden los suyos.