Las leyes de desconexión aprobadas el 6 y 7 de septiembre de 2017 en el Parlament no fijaban un umbral mínimo de participación en el referéndum ilegal del 1 de octubre. Ahora, con los sucesivos agentes de los Mossos d'Esquadra que han declarado en el Tribunal Supremo, ha trascendido que tampoco importaba el resultado final. Puigdemont tenía previsto declarar la independencia de Cataluña "en ese momento" del 1-O en el que se produjera algun tipo de altercado o violencia.
El entonces comisario jefe de la Comisaría Superior de Coordinación de Mossos Joan Carles Molinero ha confirmado este jueves ante el tribunal la versión de Ferran López, quien fuera mano derecha del exmayor Trapero durante la votación promovida por el Govern de Puigdemont. Al término de la reunión celebrada el 28 de septiembre de 2017 en el Palau de la Generalitat entre la cúpula de la policía autonómica y miembros de su Ejecutivo, aseguró que "si se producía alguna desgracia" que "hubiera que lamentar" durante la celebración del 1-O procedería a declarar la secesión. Un condición que se dio y que ya previamente los Mossos le adviertieron del elevado riesgo de que hubiera violencia.
Previsión de altercados
A preguntas de la acusación popular representada por Vox, Molinero ha explicado que Puigdemont realizó su advertencia cuando la reunión se había dado por finalizada y ya se estaban todos levantando de la mesa, en respuesta a una última reflexión manifestada por el mayor de los Mossos "Hizo una última reflexión y dijo 'espero que el domingo no haya ninguna desgracia que haya que lamentar" y el president respondió que si se producía alguna desgracia 'procederé a declarar la independencia'", ha relatado el testigo.
En la reunión se encontraban, además de la práctica totalidad de la cúpula de los Mossos y Puigdemont, el exvicepresident de la Generalitat Oriol Junqueras y el exconsejero de Interior Joaquim Forn, ambos sentados en el banquillo por delitos de rebelión y malversación de fondos públicos.