Torra se querella contra la Junta Electoral por prevaricación

Quim Torra presentará una querella contra la Junta Electoral Central (JEC) por un supuesto delito de prevaricación. El presidente de la Generalitat responde así a la que ha interpuesto Fiscalía contra él este miércoles por otro presunto delito de desobediencia por negarse a retirar símbolos independentistas de edificios de titularidad pública.

A través de un comunicado, Torra ha avanzado que llevará "el caso hasta donde haga falta si el Reino de España no quiere investigar los hechos", y ha vuelto ha cargar contra el Estado porque sostiene que "es incapaz de tolerar la discrepancia política". 

Delito de desobediencia

En la querella, Torra argumenta que no puede cometer un delito de desobediencia "mientras no se haya resuelto la solicitud de medidas cautelares" y que la JEC modificó sus requerimientos en función de las alegaciones que presentaba la Generalitat, lo que según el Govern desmuestra que no existió prevaricación y, a su vez, la "indefensión" que genera "modificar el objeto de la prohibición".

La denuncia que firma el abogado del expresident Carles Puigdemont, Gonzalo Boye, también esgrime que las instrucciones de retirar lazos amarillos y otros símbolos en defensa de los políticos presos catalanes "eran imposibles de cumplir", algo que el órgano electoral conoce porque está "compuesto en su mayoría por jueces, que es imposible que no supieran que daban instrucciones ilegales". 

Boye alega que las resoluciones de la JEC “distan mucho ser ajustadas a derecho, siendo su contenido totalmente aleatorio y arbitrario” y alerta que “se trata de una persecución política en toda regla”.

El Supremo decide si admite la querella

Desde el Govern asumen que es el Supremo el que tendrá que decidir si admite o no a trámite la querella, y advierten que llevarán "el caso hasta donde haga falta si el Reino de España no quiere investigar los hechos". 

En relación a la querella que ha presentado este miércoles el fiscal superior de Cataluña contra Torra por presunta desobediencia, el president ha lamentado que “queda claro que la represión no se para” y que el Estado “es incapaz de tolerar la discrepancia política”.