Los nombres ya dan igual. Lo relevante es que Carles Puigdemont hace lo que quiere con Junts per Catalunya, la marca propiedad del PDeCAT. Las últimas decisiones del expresidente han desnortado a lo que queda del partido, que ya no sabe a qué atenerse. Puigdemont, tras ser ratificado por el consejo nacional del PDeCAT, eso sí, ha situado a Josep Maria Matamala como candidato al Senado por Girona. Y la última del expresidente es la voluntad de que Mariàngela Vilallonga, de su entorno en Girona, sea la sustituta de la consejera Laura Borràs al frente de Cultura.
Ese cambio es el que última el presidente Quim Torra, atento a cualquier sugerencia de Puigdemont. Aunque no es el único caso, y todos los dirigentes de los partidos están imponiendo sus nombres, Puigdemont aprieta el acelerador para que nada se le escape. Manda desde Waterloo, y el PDeCAT trata de esconderse, después del fracaso en el momento de defender una causa posible --negociar los Presupuestos de Pedro Sánchez, cuya aprobación hubiera evitado la convocatoria electoral--, a la espera de lo que suceda el 28 de abril.
Artadi, Borràs y Torrra
Una filóloga para Cultura
Puigdemont ha pensado para sustituir a Borràs, que será la número dos --y, por tanto, la candidata efectiva-- de Jordi Sànchez en la lista al Congreso, en Vilallonga (Girona, 1952). Se trata de una doctora en Filología Clásica por la UAB, catedrática de Filología Latina de la Universitat de Girona y directora de la Càtedra de Patrimoni Literari Maria Àngels Anglada-Carles Fages de Climent, desde que se constituyó en 2004.
No es una independentista convencida, según explican fuentes conocedoras de su figura, pero sí forma parte de un núcleo de amistades y conocidos de Puigdemont. Es la forma de Puigdemont de mostrar su autoridad, a pesar de que han circulado nombres alternativos, como el de la escritora Bel Olid, cercana a la CUP.
El nombre de Miquel Buch
El problema para el PDeCAT es cómo se puede reorganizar, dentro de Junts per Catalunya, para mostrar una cierta entereza, para salir con la cara alta, aunque, tras las elecciones, asuma que o se refunda o muere de forma irremisible. En las últimas semanas se han producido diferentes movimientos internos, territoriales, que plantean una sustitución del presidente David Bonvehí, al que achacan que se haya “entregado” a Puigdemont. De forma tímida, pero insistente, se ha propuesto el nombre del actual consejero de Interior, Miquel Buch, que sólo accedería a salir del Govern para reorganizar el partido si se lo piden o lo bendicen dos hombres que en realidad es uno solo: Quim Torra y Carles Puigdemont. Es decir, Puigdemont.
Miquel Buch, consejero de Interior
Eso, sin embargo, no responde al espíritu de esos cuadros, alcaldes y dirigentes del PDeCAT, que lo que querrían es “independizarse” de Puigdemont. La cuestión es cómo hacerlo y cuándo. Y todo depende de los resultados del 28 de abril.
Tercero o cuarto partido
Una parte del partido está esperando a esa noche de las elecciones generales. Con la ley electoral en la mano, Junts per Catalunya tiene opciones de lograr representación en Girona, Lleida y Tarragona. Pero si queda en tercera posición, por detrás de Esquerra o del PSC, que tendrá más apoyo en estas elecciones con el empuje de Pedro Sánchez, las posibilidades disminuirán de forma ostensible. Luego está el caso de Barcelona, la más importante. Podría caer, incluso, a la cuarta posición. Todo ello dejaría a Junts per Catalunya con entre cuatro y seis diputados, mientras que Esquerra podría superar los diez escaños con relativa facilidad.
El abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye
Eso podría provocar un cambio en todo ese espacio político. Y los ahora derrotados por Puigdemont podrían rearmarse en el partido. Pero todo dependerá de cómo el expresident logre, en las próximas semanas, hacerse un hueco en la campaña. Para ello cuenta con algunas bazas, como las que le brindan sus abogados, como Gonzalo Boye, que acaba de publicar un libro sobre el proceso judicial. En el PDeCAT no se desdeña la propia figura de Puigdemont, que sigue siendo el líder para buena parte del movimiento independentista.