Quim Torra ha encontrado en el Síndic de Greuges la coartada perfecta para cumplir la orden de la Junta Electoral Central (JEC) de retirar los lazos amarillos y otros símbolos independentistas de la Generalitat y de todas sus instituciones. El president seguirá las recomendaciones dadas este miércoles por el defensor del pueblo catalán, Rafael Ribó, aunque ha anunciado que "no dará ninguna orden" al respecto.
Torra se comprometió a acatar el dictamen del Síndic después de desatender en dos ocasiones el mandato de la JEC emitido el pasado 11 de marzo. Y el consejo de Ribó ha sido claro: mientras se desarrollen las generales del próximo 28 de abril y las municipales y europeas del 26 de mayo, debe cumplir la ley para mantener la neutralidad política de las instituciones públicas. Aunque, eso sí, de forma "temporal" y "excepcional". Es decir, que cuanto acaben los comicios, volverá a ser libre de colocar símbolos y banderas independentistas y de apoyo a los políticos juzgados por el procés en aras de la "libertad de expresión".
Ceder... pero no del todo
El presidente del Gobierno catalán se escuda en el informe meramente consultivo del Síndic para cumplir su obligación. Aunque, hasta última hora de este miércoles, la pancarta con el lazo amarillo y el lema que reclama la liberación de los políticos en prisión preventiva permanecía colgada en el balcón de la Generalitat. De manera que, si no Torra da la orden, podría darse incluso el caso de que tengan que ejecutarla los Mossos d'Esquadra.
Tampoco se descarta que el líder neoconvergente busque otras opciones para mantener su desafío al Estado, como por ejemplo colocando otros símbolos o mensajes alternativos en el mismo lugar y en otras de sus dependencias.
Lo sabía desde el viernes
Torra ha emitido su comunicado esta noche, poco después de trascender la recomendación del Síndic. Aunque, de hecho, Ribó ha confesado que ya le aconsejó al president retirar los símbolos independentistas el viernes, día en el que este último se lo preguntó por teléfono y en persona. El dictamen se hizo esperar hasta ahora porque Torra le pidió una serie de "clarificaciones" sobre el período concreto para quitarlos, y en qué edificios debe hacerlo.
El presidente de la Generalitat se escuda en su "respeto a la institución" del Síndic "como organismo independiente y propio de Cataluña". Aunque, a fin de cuentas, lo que éste le dice es que cumpla la orden de la JEC.
El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, junto a su adjunto Jaume Saura, durante la rueda de prensa sobre los lazos amarillos / EFE
"No son símbolos partidistas"
Torra, asimismo, "reitera su convencimiento" de que "los lazos amarillos no son un símbolo partidista". Y reafirma "su compromiso con la libertad de expresión en el espacio público, que no ha de ser neutral, sino libre". Entre lo cual se incluye, a su entender, las instituciones de todos.
"Los lazos amarillos, en Cataluña y en todo el mundo, son un símbolo de recuerdo y reconocimiento con aquellas personas injustamente alejadas de su sociedad", añade la nota.
Ribó y la JEC, de nuevo en escena
En este punto, el presidente de la Generalitat afirma que "no da ni dará ninguna orden como le había exigido la Junta Electoral Central" y que, "más allá de su voluntad política, se seguirán las recomendaciones" del Síndic, "manteniendo un respeto pleno a la libertad de expresión".
Este jueves, Ribó comparecerá en el pleno del Parlamento catalán para desgranar su informe de 2018. Y por la tarde, la JEC se reunirá para decidir si sanciona o no a Torra. El presidente de la Generalitat se exponía en caso de no cumplir la orden a una sanción administrativa de entre 300 y 3.000 euros, o bien a un procedimiento judicial por desobediencia, que podría acarrearle la inhabilitación.
Puigdemont tercia en la polémica
La decisión de Torra cuenta con el respaldo de Carles Puigdemont que, como suele ser habitual, no perdió la ocasión de comentar la jugada desde su mansión de Waterloo. A través de un mensaje de Twitter, el expresidente de la Generalitat dio "todo su apoyo" a su sucesor en el cargo. "En su defensa de la libertad de expresión, el presidente ha vuelto a desnudar las carencias del Estado. Por eso llevamos el lazo amarillo. Porque queremos vivir en un Estado donde no sea necesario tenerlo que llevar para defender derechos", escribió.
Mensaje de Carles Puigdemont sobre la decisión de Torra de retirar los lazos amarillos