¿Se imagina alguien votar la Carta Magna de una hipotética Cataluña independiente desde el salón de su casa? El Consell de la República, que impulsa el fugado Carles Puigdemont, parece que sí. Tras su estrepitoso fracaso, menos de 100.000 inscritos y que cuesta una cuota de 10€, el universo de Waterloo pretende incentivar sus inscripciones a través de un goloso cebo: votar de forma telemática una nueva Constitución catalana solo entre los miembros de esta institución paralela y dejando al margen a todos los que no formen parte.
El empresario Joan Canadell, un incondicional del expresident, ha explicado en los encuentros organizados por la Assemblea Nacional Catalana que las votaciones se harán a través de una aplicación en el teléfono móvil y basándose en lo que ellos llaman "registro ciudadano", según recoge El Confidencial. Esto significa que se usaría un censo paralelo solo para inscritos y que dejaría fuera a todas las personas que rechacen formar parte de esta organización.
De Eslovenia a Estonia
Este diario explica que Canadell comentó en un acto organizado con voluntarios del Consell per la República en Vilafranca del Penedès el pasado 13 de diciembre que "de aquí a unos meses podremos votar. ¿Qué podremos votar? No lo sé, quizás el proceso constituyente se pueda votar por aquí, por qué no". El empresario, que opta a formar parte del equipo directivo de la Cámara de Comercio de Barcelona, explica que este organismo podría servir para "votar programas electorales" o a "los alcaldes y equipos de gobierno y municipios".
El independentismo parece que deja en paz a Eslovenia y pone su foco en Estonia. Canadell quiere que la Generalitat replique el modelo de administración digitial que tiene el país exsoviético y compara el organismo privado de Carles Puigdemont con el Congreso de dicho país. El empresario afín al procés explica que ellos están redactando el texto y que los estonios "esperaron el momento de debilidad de la URSS para declarar la independencia aprobando esta Constitución en votación”.
Masa crítica
Las cifras todavía están muy por debajo del mínimo de "masa crítica" que los secesionistas se ponen como suficiente para poder tirar adelante su república digital paralela. Canadell insiste que "es importante que nos vayamos inscribiendo y vayamos ayudando a que la gente se inscriba". No obstante, ante la dificultad de llegar a la cifra puesta, no descartan que den por buenos solo 800.000 registrados.
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ya previó la posibilidad de que los catalanes votaran una Carta Magna con el encargo al cantautor Lluís Llach para se diseñara un mecanismo constituyente para tal propósito. El exsenador de ERC, Santi Vidal, había escrito un borrador de Constitución tiempo atrás donde se pretendería prohibir a los partidos contrarios al nuevo estado catalán.