Marta Rovira rompe su silencio tras haberse fugado a Suiza para evitar un posible encarcelamiento si era procesada por rebelión. Tras una vida discreta en Ginebra, con la compañía de la también huida Anna Grabriel, la que fue mano derecha de Oriol Junqueras ha lanzado algún dardo discreto contra el expresidente catalán, Carles Puigdemont.
La secretaria general de Esquerra Republicana, preguntada por su discreto papel tras su partida, explica que "tiene una perspectiva muy distinta de lo que pasa en Cataluña, de cosas que tal vez quedan desapercibidas pero que son importantes". La fugada, en la entrevista a Nació Digital, considera que desde la distancia "no tienes toda la información e interlocución para poder opinar". Una opinión que se contrapone con la actitud y exposición tan mediática del expresident escondido en Waterloo.
Juicio del 1-O
Rovira también se ha referido al juicio por el que están pasando algunos de sus excompañeros de viaje durante el gobierno de Junts pel Sí. La secretaria general de ERC ha afirmado que la Fiscalía y los abogados del Estado "tienen un guion y la sentencia está escrita", y que eso "dista mucho de nuestra gente, que cree que estamos ganando el juicio".
La diputada pone en tela de juicio la validez del tribunal español para juzgar a los presos independentistas: "El Supremo no es quien para juzgar lo que hemos hecho los independentistas". Para ella, los únicos que pueden juzgarlos son "las urnas". Rovira considera que este proceso judicial va "contra los derechos fundamentales y la democracia".
Anna Gabriel
La líder de ERC explica también su proceso de adaptación a Suiza y su relación con Anna Gabriel: "Nos entendemos políticamente mejor ahora que cuando estábamos en Cataluña, la relación es mucho más intensa". A la exdiputada de la CUP le agradece que "se portó muy bien" cuando la exdiputada llegó "porque ya llevaba unos meses aquí".
Preguntada por su futuro como secretaria general de ERC, la líder republicana afirma que "ha tenido que hacer su propia reflexión" aunque justifica su permanencia frente a la nave porque su claudicación significaría "hacer efectiva la represión". Asegura que "por la causa está dispuesta a hacer lo que haga falta para seguir luchando" y que "no se casará con ningún cargo".