Carles Puigdemont y su abogado Jaume Alonso Cuevillas / FOTOMONTAJE DE CG

Carles Puigdemont y su abogado Jaume Alonso Cuevillas / FOTOMONTAJE DE CG

Política

Puigdemont quiere ahora a Cuevillas en el Congreso

Puigdemont le ofrece a su abogado el número cuatro por Barcelona, aunque Cuevillas insiste en ir en las listas al Parlamento europeo

7 marzo, 2019 00:00

A la caza de candidatos, y por encima de cualquier sigla y de disciplinas de partido. Carles Puigdemont ha tomado el mando y delante apenas tiene resistencia. Uno de sus objetivos ahora es situar a su abogado, Jaume Alonso Cuevillas, en la lista de Junts per Catalunya en Madrid. Le ha ofrecido, según fuentes cercanas a la candidatura, el número cuatro por Barcelona, con opciones de salir elegido. Cuevillas sería, entonces, diputado en el Congreso.

El letrado, que hace meses que protagoniza actos por todo el territorio catalán, explicando la situación judicial del expresidente y de los encausados por el 1-O, quiere entrar en la política profesional. Pero su deseo es aportar sus conocimientos, con la idea de conseguir apoyos internacionales, en el Parlamento Europeo. Cuevillas se ha puesto “a disposición” de Puigdemont y del eurodiputado Ramon Tremosa para formar parte de la lista.

Los fieles de Puigdemont

Ese deseo, sin embargo, choca con las necesidades de Puigdemont. Y la voluntad es que su abogado esté en Madrid. Sería uno de sus fieles, en una candidatura que quiere renovar por completo, pasando por encima del PDeCAT, que no sabe cómo ofrecer resistencia, y justo cuando la Crida Nacional per la República, el instrumento de Puigdemont, ha renunciado a elaborar una lista propia al Congreso.

Josep Costa (i), Francesc de Dalmases, Laura Borràs y Jaume Alonso-Cuevillas (d) en el avión de regreso de Bruselas, a donde acudieron a escuchar la conferencia de Quim Torra y Carles Puigdemont / TWITTER

Josep Costa (i), Francesc de Dalmases, Laura Borràs y Jaume Alonso-Cuevillas (d) en el avión de regreso de Bruselas, a donde acudieron a escuchar la conferencia de Quim Torra y Carles Puigdemont / TWITTER

Cuevillas, a la derecha, con una delegación de Junts per Catalunya

De hecho, esa es la trampa de Puigdemont. La Crida, que se había constituido como un partido de carácter transversal, para aglutinar a todo el independentismo, ha visto que era mejor fagocitar al PDeCAT, aceptado el nombre de Junts per Catalunya, registrado por el PDeCAT, con la inclusión de hombres y mujeres fieles a su causa.

Jordi Sànchez, de jefe de filas

Cuevillas no vería mal esa candidatura al Congreso, en un puesto --el número cuatro-- de elección casi segura, pero seguirá presionando para ser el candidato real al Parlamento europeo, aunque esa lista la pueda encabezar el propio Puigdemont.

El expresidente lo tiene claro. Y así se lo comunicó al presidente del PDeCAT, David Bonvehí, que viajó a Bruselas el pasado sábado. Como número uno al Congreso quiere a Jordi Sànchez, presidente de la Crida, aunque siga en prisión, juzgado ahora en el Supremo por el 1-O. Se sigue pensando en Josep Rull, para tener un gesto con el PDeCAT, un dirigente querido por los exconvergentes, pero se inclina por Sànchez.

Cinco o seis diputados

En los primeros lugares, siempre pensando en la lista por Barcelona, situaría a Míriam Nogueras, la vicepresidenta del PDeCAT y su pieza más fiel hasta ahora en el Congreso. Y justo detrás de Nogueras, se perfila Eduard Pujol, el actual portavoz adjunto del grupo parlamentario de Junts per Catalunya en el Parlament. Y como número cuatro, iría Cuevillas. Sólo a partir del cinco, el PDeCAT podría situar sus propios candidatos, en posiciones con muchas dificultades para ser elegidos.

Las encuestas no ofrecen buenos resultados para todo ese magma postconvergente. Puigdemont lo sabe, pero confía en una movilización importante, que vuelque, de nuevo, las expectativas de Esquerra Republicana. Sin embargo, el entorno del exmandatario catalán cree que se podrá lograr entre 6 y 7 diputados, y eso en el mejor de los casos, contando las demarcaciones de Girona, Tarragona y Lleida.

La operación de la Crida

El tiempo apremia, y todo ese espacio ideológico vive una enorme convulsión. La Crida, con su secretario general al frente, Antoni Morral, renuncia a candidaturas propias. Morral criticó con contundencia a los dirigentes del resto de partidos independentistas, especialmente a Esquerra Republicana, al considerar que si ahora no se dan las circunstancias para una candidatura de unidad, “¿entonces, cuándo?”. Lo que ocurre es que la Crida se ha quedado con el PDeCAT, a pesar de una oposición interna importante, aunque impotente frente al alud de contiendas electorales que está en marcha.

Lo que no quiere Puigdemont en ningún caso es que repitan los anteriores diputados en el Congreso, los que han intentado “hacer política”, y que, precisamente, propiciaron el cambio político en la Moncloa, con su posición a favor de la moción de censura contra Mariano Rajoy, propiciando la llegada de Pedro Sánchez. Se trata de Marta Pascal, --excoordinadora general del PDeCAT, apartada en el congreso del pasado mes de julio--, Jordi Xuclà y Carles Campuzano, que aspira a ser elegido en primarias por el PDeCAT.

¿Y Cuevillas? Su retórica legalista, en la que prima una especie de crítica frontal contra el Estado español, se podrá escuchar en el Congreso. Interesante para Puigdemont, que aspira a que su causa no caiga en el olvido.