Por tierra, mar y aire. Carles Puigdemont no desfallece. Pero sigue sin tener éxito. Quería que Josep Lluís Carod-Rovira pudiera encabezar las listas de su propio partido, la Crida, a las elecciones europeas, y el exdirigente de Esquerra ha rechazado la propuesta. No quiere ir en contra de sus propias convicciones, y es que Carod-Rovira lleva meses reclamando una candidatura unitaria al Parlamento europeo para demostrar que el independentismo tiene más fuerza que nunca y que puede mover las aguas de la Unión Europea, desde el propio parlamento.
Puigdemont había pensado en el exsecretario general de ERC, como apuntan las fuentes consultadas, para crear confusión en su adversario. Los republicanos, que eligieron a Oriol Junqueras como candidato para esas elecciones, se mantienen fuertes y no quieren sumarse a ninguna propuesta conjunta.
Carod-Rovira y Joan Tardà
Carod-Rovira ha sido claro. No quiere saber nada de una candidatura de “parte”, y ha señalado en diferentes artículos periodísticos que la “causa catalana de la libertad quedaría gravemente perjudicada” si las elecciones europeas y las generales las ganara un partido “contrario a ésta”, es decir, un partido no independentista. Su idea es que se debería recuperar la unidad de la Entesa dels Catalans, la candidatura al Senado que concurrió en las primeras elecciones democráticas, en 1977.
Los intentos de Puigdemont son constantes. Primero, se ofreció como número dos de Junqueras para las europeas, con ese principio, precisamente, de buscar la unidad del independentismo. Luego, fue él quien quiso asumir esa responsabilidad, como candidato de todo ese mundo postconvergente que se agrupa entorno a la Crida y el PDeCAT. Y ha valorado el ofrecimiento de su abogado, Jaume Alonso Cuevillas, para ser candidato.
La hermana de Guardiola
Ahora, ante el rechazo de Carod-Rovira, su propuesta es para Francesca Guardiola, la hermana de Josep Guardiola, exentrenador del FC Barcelona y actual técnico del Manchester City. Se trata de un nombre conocido por el independentismo, y que ejerció como embajadora del Govern de la Generalitat en Dinamarca. Perdió el cargo, con la aplicación del 155, y ahora podría estar predispuesta para ser eurodiputada.
El caso es que Puigdemont busca un as, una baza electoral, que le permita mantener la hegemonía en el campo independentista, y dejar a Esquerra en un segundo plano. Busca candidato, teniendo en cuenta que ha arrinconado al PDeCAT.
Las fuentes consultadas señalan que ese es, precisamente, el mayor problema del independentismo: la pugna permanente entre las diferentes fuerzas políticas. Puigdemont lo ha llevado hasta el último extremo, con el impulso de la Crida, cuyo objetivo es que Esquerra no logre esas mayorías necesarias para gobernar con autonomía.