Fue la “cuadratura del círculo”, así definió el secretario general técnico de Interior, Juan Antonio Puigserver, el dilema irresoluble de los Mossos d’Esquadra ante “apoyar institucionalmente la celebración del referéndum y, por otra, cumplir con el mandato judicial”. Esta acusación del presunto doble juego llevado a cabo por el cuerpo de seguridad autonómico procedió de diversos testigos del Ministerio del Interior y de los cuerpos de seguridad del Estado que pasaron a declarar ante el Tribunal Supremo por el juicio del procés. Con todo, el proceso judicial ha virado de lo que se vio en las primeras semanas con las declaraciones de los acusados y la imputación por rebelión sigue abierta.
El responsable de coordinar los tres cuerpos policiales durante el 1-O, Diego Pérez de los Cobos, destacó con insistencia esta especie de esquizofrenia de mantener reuniones de la Junta de Seguridad con los que eran, también, “convocantes de la actividad ilegal” que se les “había mandado impedir”.
Ambigüedad de los Mossos
"El procedimiento de los Mossos, tan largo y enrevesado, estaba diseñado para no cumplir con el auto”, aseveró el coronel de la Guardia Civil. Posteriormente añadió sin tapujos que "el dispositivo de los Mossos” estaba “más encaminado a facilitar la consulta que a impedirla".
Puigserver, por su parte, fue más comedido en sus pronunciamientos y destacó que los “Mossos fueron leales” desde que el 28 de octubre de 2017 fue elegido como el responsable del Departamento de Interior tras la intervención de la autonomía. No obstante, reconoció que durante la organización del 1-O trataron de hacer equilibrios entre “apoyar institucionalmente la celebración del referéndum y, por otra, cumplir con el mandato judicial”.
El papel de Trapero
El exdelegado del Gobierno en Cataluña Enric Millo y reponsable político de la actuación policial del 1-O, explicó durante su declaración que en las reuniones sobre la Junta de Seguridad el entonces mayor de los Mossos d’Esquadra Josep Lluís Trapero “dejó entender que cumpliría con los mandatos judiciales” pero que se “impuso la línea política por encima del criterio policial”. “Hay grandes profesionales en los Mossos pero se produjo una quiebra”, apostilló.
Pérez de los Cobos abundó en este rol del exmajor alineado con el Govern: “El señor Trapero había recibido el mismo auto judicial que se había presentado en esta Junta de Seguridad, se había sentado en el lado de la Generalitat e hizo unas intervenciones que estaban absolutamente en la línea de las declaraciones de la actividad ilegal”.
“Garantizar la convivencia a la eficacia”
Cuando Pérez de los Cobos fue interrogado por el auto de la magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que el 27 de octubre ordenó impedir el referéndum ilegal del 1-O, explicó que el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont se agarró “como un clavo ardiendo a esa expresión para impedir la actuación policial”.
En el cuerpo de esa resolución (no en la parte dispositiva), la juez Mercedes Armas afirmaba que las actuaciones policiales debían garantizar la "normal convivencia ciudadana". "Ese es un principio de actuación policial que está en todos los prontuarios", recordó el coronel que, según testificó, le contestó al exmandatario catalán “que no podíamos convertir lo adjetivo en lo sustantivo y que lo sustancial era cumplir el mandato judicial de impedir el referéndum".