Antonio Baños y Eulàlia Reguant se han negado a contestar las preguntas de Vox, que ejerce la acusación popular en el juicio del 1-O. El exdiputado de la CUP en el Parlament y la regidora del partido en el Ayuntamiento de Barcelona han sido advertidos por el presidente de la Sala, Manuel Marchena, de las consecuencias legales de su decisión, pero éstos se han negado a contestar al partido de ultraderecha, y el magistrado ha interrumpido el interrogatorio, por lo que ambos han abandonado el lugar sin prestar testimonio.
Además, el magistrado ha avanzado que dará parte al juzgado de guardia para que tome las decisiones oportunas. Ambos han abandonado la Sala, ya que el tribunal no les ha permitido contestar al resto de partes --Fiscalía y defensas--. El letrado Benet Salellas ha pedido a Marchena reconsiderar su decisión -- "como defensa nos vamos a quedar sin la posibilidad de interrogar a la testigo", ha manifestado--, pero éste se ha negado a "sentar un precedente" permitiendo a los testigos no contestar a la acusación popular.
Antonio Baños y Eulalia Reguant / 324
"Dignidad democrática"
Baños ha explicado su intención de no contestar a las preguntas de Vox por "dignidad democrática". El magistrado le ha recordado su obligación, como testigo, de contestar a las partes. De hecho, ha trasladado dos preguntas de la acusación popular, un mecanismo que el testigo acepta en un principio, pero que luego cuestiona, y que se niega a seguir.
Pese a que Marchena pide al exdiputado no se lo ponga "difícil", tras un receso de cuatro minutos, da paso a la siguiente testigo, Reguant, y la escena se repite. La regidora se niega a contestar al partido de extrema derecha y abandona la Sala. "Asumiendo las consecuencias, ante un partido machista y xenófobo, no pienso responder a sus preguntas", ha manifestado.