Los políticos independentistas que se encuentran huidos de la justicia continúan con las acciones para visibilizar el independentismo catalán en la escena internacional. A veces, incluso, de forma indebida. Este es el caso de Marta Rovira, quien ha participado en una concentración no autorizada en la Plaza de las Naciones de Ginebra en la que, además, han llevado a cabo acciones contra el monumento protegido que allí se emplaza.
Se trata de la conocida como Silla Rota, una escultura de 12 metros que se sostiene sobre tres patas ya que la cuarta se encuentra quebrada, en representación al daño que ocasionan las minas antipersona. Los independentistas reunidos en la protesta aprovecharon esta obra de arte para colgar una pancarta con las caras de los líderes secesionistas presos y fugados sobre la leyenda "Os queremos en casa". A pesar de que está terminantemente prohibido utilizar la monumental silla como soporte de cartelería.
La policía desalojó la plaza
Este hecho ha sido denunciado ante el Departamento de Medio Ambiente Urbano y de Seguridad de Ginebra por parte de François Meylan, fundador e impulsor de la plataforma Catalunya peuple d'Espagne. En una carta dirigida a la institución pública, ha especificado que la policía incluso hizo acto de presencia en la concentración pero los asistentes "se negaron a retirar la pancarta" a pesar de haber sido avisados de que no era posible emplazarla en el lugar. Según ha dado a conocer la plataforma a través de sus perfiles en redes sociales, los servicios públicos de la ciudad aseguraron que los concentrados no tenían permiso para realizar su protesta en esta plaza y los cuerpos de seguridad deshicieron la manifestación poco después.
Meylan expresa, en su comunicación con el Departamento ginebrino, que este acto se enmarca en la "estrategia de guerra de comunicación" que Rovira lleva a cabo mediante la utilización de una escultura "de gran renombre y sobre todo simbólica" para colgar "material de propaganda". Así, ha recordado al estamento público que en la documentación de cesión de este espacio público se deja constancia explícita de que "ningún elemento debe ser colgado o suspendido en la Silla Rota", además de que "está terminantemente prohibido escalar" la obra de arte.
Falta de respeto
El ciudadano suizo ha calificado como una falta de "respeto" a los valores que encarna el monumento --para muchos, "del orden de lo sagrado"-- por parte del "aparato separatista catalán". La Silla Rota "nos recuerda a diario la cantidad de personas, y en especial, niños mutilados y amputados, que sufren el mundo debido a la utilización de minas antipersonales", explica Meylan.
Pero esta no es la primera vez que los independentistas usan una obra protegida para colgar simbología independentista. Hace unos meses, la muralla de Tarragona fue decorada con decenas de lazos amarillos a pesar de su condición de monumento patrimonio de la humanidad por la Unesco. El ayuntamiento de la ciudad procedió a retirarlos para la buena conservación de la construcción, pero poco después los secesionistas volvieron a emplazarlos.