El Parlament discutirá esta semana la reforma de la ley de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), ente que gestiona TV3 y Catalunya Ràdio y cuya renovación vuelve a estar bloqueada debido a las disputas entre PDeCAT y ERC. Una reforma que tanto el colectivo de trabajadores, como los sindicatos y el Colegio de Periodistas de Cataluña vienen reivindicando desde hace años para despolitizar estos medios y garantizar que sus direcciones se rigen por criterios profesionales, y no en base al mercadeo entre partidos.
Hasta ahora no ha sido así, pues en los últimos meses se ha asistido a un mercadeo entre las formaciones independentistas que, en una entrevista con Crónica Global que se publica este domingo, el exdiputado del PSC y autor del polémico libro Maldita costra, Joan Ferran, califica de “espectáculo terrible”. Los socios de gobierno pactaron con Ciudadanos y PSC los nombres de los cargos que debían pilotar el futuro de TV3 y Catalunya Ràdio. Lo hicieron antes de que se impulsara esa reforma legal, con la que se pretende volver a la normativa anterior a 2012, fecha en la que CiU y PP pactaron la elección de los miembros de la CCMA por mayoría simple.
Esa negociación ha abundado en una imagen de medios politizados que Ferran no duda en denunciar. No así la directora de Programas de TV3, Clara Cabezas, que en otra entrevista a este diario distingue entre el ruido político y la labor que hacen los profesionales de estas emisoras. Como altavoces de ese ruido actúan tanto PP como Ciudadanos, muy insistentes en la necesidad de “intervenir” la televisión autonómica mediante una nueva aplicación del artículo 155 de la Constitución.
Inés Arrimadas, durante la entrevista con Vicent Sanchis en TV3 / TV3
Según los acuerdos entre PDeCAT y ERC, los republicanos asumirían ahora la dirección de TV3 y la presidencia de la CCMA. Su líder, Oriol Junqueras, se sienta en el banquillo de los acusados en vísperas de las elecciones municipales y europeas. De ahí la importancia que para ERC tiene el control de una cadena que quiere convertirse en referente de la proyección mediática de las sesiones a nivel internacional. Prevé, en este sentido, potenciar el streaming en castellano, catalán e inglés de una vista oral que quiere cubrir íntegramente. No es un secreto que el juicio es el último cartucho de un independentismo dividido que busca complicidades en el extranjero y mantener la agitación.
Nuevos retos
Pero al margen de ese futuro político de la cadena, TV3 también afronta nuevos retos técnicos. Lo hace con un presupuesto de 230 millones –la más cara de las autonómicas junto a Canal Sur-- y una plantilla superior a los 2.000 trabajadores. ¿Es excesivo? Para los representantes de los trabajadores, que ya han pasado por recortes laborales, no lo es. La producción interna ha aumentado y mejora la comercialización de espacios estrella. La venta de Merlí a Netflix no fue del todo satisfactoria, según aseguran fuentes del sector audiovisual, y ahora se intenta solucionar con un spin-off de esta serie negociada entre TV3 y Movistar. Nada que ver con el “pelotazo” que, a través de internet, hizo TVE con Operación Triunfo.
Oriol Junqueras y Carles Puigdemont separados por un micrófono de TV3 / FOTOMONTAJE DE CG
Por otro lado, los nuevos consumos televisivos –web, redes sociales, youtube…-- exigen cambios en la medición de audiencias y de posicionamientos. Fuentes del sector audiovisual aseguran que TV3 se resiste a ello por miedo a perder su share –cerró 2018 con un 14%, cuatro puntos por encima de sus competidores según Kantar Media--. Asimismo, la empresa GFK acredita el liderazgo de la cadena. Pero tanto el sistema clásico de audímetros, como el hecho de que esta empresa alemana lleve 10 años siendo contratada a dedo induce a plantear si TV3 cocina demasiado sus cifras.