Ciudadanos ha decidido asumir el riesgo. Irá a unas nuevas elecciones en Andalucía si es necesario. Todo se puede asumir menos un acuerdo explícito con Vox, que pudiera pasar por una modificación del acuerdo alcanzado con el PP, según apuntan las fuentes consultadas. El partido que dirige Albert Rivera es consciente de que se juega su papel en el conjunto de España, y que su imagen como adalid del centro político, con propuestas de carácter liberal, se desmoronaría si alcanza un acuerdo con Vox. El objetivo es agarrarse hasta el final al pacto con el PP, y que sea la formación de Santiago Abascal la que decida si apuesta por el cambio en Andalucía o, cuando se agote el tiempo de las negociaciones, todos asuman unas nuevas elecciones.

Es una oportunidad única para el centro-derecha. Se trata de desbancar al PSOE en Andalucía, tras 36 años de poder. El problema es que el PP y Ciudadanos necesitan los 12 votos de Vox. ¿Cómo los consiguen? Una delegación del PP se reunirá este martes con el partido de extrema derecha, con la posibilidad de modificar la ley contra la violencia de género, como pide Vox, pero cuando toque, y siempre a partir de un debate en el Congreso. Lo señaló este lunes el secretario general del PP, Teodoro García Egea, dejando claro que “todas las leyes se pueden mejorar”. Tanto Santiago Abascal, como el homólogo de García Egea, Javier Ortega Smith, --los dos se reunirán este martes-- lo que pretenden es un encuentro entre las tres formaciones que posibilitarían ese cambio. Y, precisamente, de eso huye Ciudadanos, que sabe que es el partido que puede perder más.

¿Elecciones en mayo?

El acuerdo está prácticamente cerrado, aunque las dos partes todavía no lo quieren publicitar. Las consejerías de la Junta de Andalucía se repartirán al 50% entre PP y Ciudadanos, con una vicepresidencia para el líder de Cs en Andalucía, Juan Marín, que tendrá un apellido ilustrativo: consejería de Regeneración Democrática, con la tarea de eliminar “privilegios” y con la lucha contra el fraude y la corrupción como bandera. Pero el partido naranja asumirá además la consejería de Economía, Empleo, Educación e Igualdad.  

La cuenta atrás para el cambio político, o para unas nuevas elecciones, comenzará este jueves, con las consultas de la presidenta del Parlamento andaluz con los respectivos portavoces parlamentarios. La advertencia del PP a Vox es taxativa: “Hay riesgo de que el socialismo se perpetúe en Andalucía” si Vox no vota a favor del candidato a la presidencia de la Junta, el popular Juan Manuel Moreno. El pleno de investidura está previsto para la próxima semana, como día límite el 16 de enero. Si la situación se bloquea, y no se llega a ningún acuerdo antes del 16 de marzo, se convocarían nuevas elecciones, que tendrían lugar 54 días después, en mayo, lo que podría interferir en las elecciones municipales y autonómicas del 26 de mayo.

Juan Carlos Girauta (Ciudadanos) y Santiago Abascal (Vox) / El Español

Juan Carlos Girauta, diputado de Cs, y Santiago Abascal, el líder de Vox

La lucha está en el centro

El PP habla de cambiar esa ley de violencia de género, pero no ha tocado todavía ni una sola coma del acuerdo con Ciudadanos, con propuestas de carácter social, como la ampliación del servicio público de guarderías desde los cero a los tres años, que bien podría firmar el PSOE. Sin embargo, la actitud es diferente a la de Ciudadanos. Para el PP, Vox es sólo un grupo de militantes que surge de sus propias filas, que se pueden recuperar si el acercamiento es sincero. Sería el ala de extrema derecha que cohabitaba en el seno del PP junto a otras tendencias ideológicas. La imagen que pide Abascal y su hombre en Andalucía, Francisco Serrano, es asumible. No, en cambio, para Albert Rivera.

El  candidato de Cs a la alcaldía de Barcelona, Manuel Valls, --a pesar de que el exprimer ministro francés se presentará bajo el manto de una plataforma propia, Barcelona capital europea--, ha influido en esa posición firme para no acercarse a Vox. Traza, de hecho, la estrategia de Ciudadanos en Andalucía. Pero el propio Rivera sabe lo que está en juego. La última encuesta del CIS es clara, pese a las dudas que ha generado las proyecciones de voto que realiza su director, José Félix Tezanos. El espacio que Ciudadanos no quiere perder es el centro, y Rivera da por hecho que en el flanco de la extrema derecha no podrá entrar. Y tampoco quiere entrar. Ya está Vox. Dirigentes como José Manuel Villegas o Juan Carlos Girauta señalan que no se moverán, que no hay nada que tocar del acuerdo con el PP. Y lo hacen porque saben, al margen de sus convicciones, cómo se mueven las encuestas y el tipo de electorado que tienen detrás.

El candidato a la alcaldía de Barcelona y exprimer ministro francés, Manuel Valls, en la presentación de su campaña / EFE

El alcaldable por Barcelona, Manuel Valls

El rival del PP es Ciudadanos

Los analistas de los últimos datos del CIS, como Juan Rodríguez Teruel, señalan que el PSOE se está afianzando en la posición de centro, después de dominar las posiciones de izquierda. Lo que le interesa a Ciudadanos es dominar ese centro, y entrar de lleno en el espacio del PP. Según Rodríguez Teruel la principal amenaza del PP es Ciudadanos. Hasta un 41,4% de los electores del PP en las elecciones generales de 2016 aseguran, según el CIS, que estarían dispuestos a votar a Ciudadanos, si se dan las circunstancias. Es decir, Rivera sabe que unas nuevas elecciones en Andalucía no tendrían por qué perjudicar a su formación. Y que, en cambio, una aproximación explícita a Vox le complicaría mucho las cosas en las elecciones generales en toda España.

Vox crece, según lo apuntado en el CIS, en aquellas comunidades donde el PP ha tenido problemas internos, con casos de corrupción y una gestión deficiente en la elección de sus liderazgos, como en la Comunidad Valenciana, en Castilla-La Mancha, Cantabria, Madrid o la Rioja, además de Andalucía. En todos esos territorios, Vox aparece con el 3,9%; el 6,8%; 5%; 3,8%, o 5%, respectivamente, mientras que en Andalucía, --en unas generales-- obtendría el 4,2%.

Cuando se analiza el voto de Vox, y según el CIS, lo que comprueba Rivera es que provienen de forma mayoritaria de las posiciones más a la derecha: entre el 8 y 10 en la escala de izquierda a derecha, --el 0 extrema izquierda, el 10 extrema derecha--. Son espacios con menos electores que en otras ubicaciones. Es en el centro donde se juegan las elecciones, en los espacios 4 y 5, y también el 6. Y jugar ahí no es compatible con una fotografía con Vox para conseguir el poder autonómico en Andalucía.