El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha intentado este jueves ponerse en el bolsillo al empresariado catalán con la promesa de dar estabilidad a Cataluña mediante una doble propuesta: diálogo y presupuestos. “Poner las luces largas es una tónica habitual para las empresas, así como el diálogo para resolver conflictos y la transformación para adaptar el negocio a un entorno cambiante”, ha manifestado desde el hotel Sofia de Barcelona tras recordar que la “aventura empresarial” es y debe ser “una fuente de inspiración para la política”.
Ha asegura que los Presupuestos Generales del Estado son el mejor vehículo para que esta iniciativa llegue a buen puerto. “Cumplen los retos de una triple área”, ha explicado el líder socialista. Aborda las urgencias sociales de “19 millones de personas”, contribuye a impulsar la economía y a “sanear las cuentas públicas” al mismo tiempo que se cumplen con los límites de déficit público que se marcan desde Bruselas.
Hacer autocrítica y “corregir”
En cuanto al diálogo, Sánchez ha pedido que siempre se mantenga con el objetivo de que se debe “priorizar a las personas, las que sufren las consecuencias de la inacción o el bloqueo”. Ha sacado pecho de que el Ejecutivo que lidera recuperó las comisiones bilaterales de la Generalitat desde el momento en que entró en la Moncloa y ha hecho una petición al presidente catalán, Quim Torra, con quien se ha reunido antes en el Palacio de Pedralbes. Le ha reclamado que siempre “hablen de lo que importa a la ciudadanía”.
Incluso se ha mostrado dispuesto a “hacer autocrítica y corregir”. Ha hablado de la necesidad de “trabajar para la cohesión y la convivencia de las sociedades” y ha reclamado a “todos los actores”, políticos y sociales, que aporten “estabilidad”. Tanto en el plano jurídico como en el “alineamiento con la política económica y presupuestaria con los compromisos con Bruselas”.
Promesas políticas y económicas
El relato que ha esbozado el presidente ha ido más allá del proceso independentista catalán. Sánchez ha prometido que culminará la construcción del Corredor del Mediterráneo, que trabaja con el objetivo de “reducir la conflictividad en el ámbito social” y ha recordado que está a punto de cerrar un acuerdo con los trabajadores autónomos con el que espera “dignificar las condiciones laborales de más de tres millones de españoles”. Entre otras cuestiones, propiciará que puedan tomarse bajas laborales.
El presidente del Gobierno ha manifestado que en España es necesario “abrir una nueva etapa” en la que se pase de la “confrontación a la concordia”. Ante Torra y los consejeros con un perfil más empresarial del Ejecutivo catalán --Pere Aragonès (Economía), Àngels Chacón (Empresa y Conocimiento), Chackir El Homrani (Trabajo) y Damià Calvet (Territorio)-- ha asegurado que “frente a la gesticulación y el ruido, diálogo, diálogo y más diálogo”. “Lo que nos une no es incompatible con nuestros anhelos e intereses personales", ha sentenciado.
Torra pide ‘desfranquizar’ el Estado
Frente a esta intervención, el líder de la Generalitat ha reivindicado un nuevo pacto de Estado. Ha manifestado que el nuevo acuerdo se debe firmar con una “confluencia” de intereses muy específica entre Madrid y Barcelona: “Desfranquizar el Estado, aislar a la extrema derecha del país”. E indica que esto se debe ejercer mediante el “ejercicio del derecho de la autodeterminación”.
A pesar de las conclusiones de la reunión previa, el presidente catalán ha insistido en que el conflicto político del país se debe resolver “con un referéndum de autodeterminación”. Ha cargado contra la “reducción de inversión y la falta de ejecución del presupuesto del Estado” y ha exigido la derogación del decreto que se aprobó en el momento álgido del procés que facilitaba la movilidad de sedes sociales. “No ha tenido afectación real, pero pedimos su derogación”, ha exigido.
Artículo 155
También ha asegurado que la economía catalana se ha visto perjudicada por la “aplicación irregular del artículo 155 a través de una interpretación injustificada” y por el “relato de la inestabilidad”. Ya que ofrece una “imagen que puede dañar la imagen internacional del país”, aunque asegura que “los datos demuestran que esta partida la hemos ganado”.
Torra no se ha quedado a la cena empresarial porque ha asistido al Petit Palau, en el Palau de la Música, para participar en una “lectura de textos del primer exilio, el de 1939, la primera Navidad que no regresamos a casa”. Un acto cultural en el que también participa la consejera de Cultura, Laura Borràs.
Más empatía y menos exaltación
En cuanto a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha declarado ante el empresariado catalán que en el contexto actual, “necesitamos más empatía y menos exaltación”. Ha tildado de indispensable el “diálogo honesto y sincero” que contribuye a “generar marcos de diálogo y gestos, como el de hoy”. También ha pedido a los independentistas que aprueben las cuentas públicas. “España, Cataluña y Barcelona necesitan unos presupuestos sociales para mejora la vida de la gente”.
En cuanto al 21D, la jornada de protestas independentistas que prometen colapsar de nuevo la ciudad, la líder de BComú ha asegurado que da tanto al bienvenida al Consejo de Ministros como a los ciudadanos que se “manifestarán en la calle de forma pacífica”. “No es equidistancia, es respeto profundo a la democracia y la libertad”, ha sentenciado.