El 8 de diciembre los Grupos Autónomos de Acción Rápidas (GAAR) hicieron su primera comunicación pública a través de la plataforma de mensajería instantánea Telegram. Con una retórica combativa y semi-clandestina, este nuevo grupúsculo independentista tuvo un rápido eco en los medios, pese a no haber traspasado la pantalla virtual. En cuestión de días, y tras su aparición en prensa, el número de suscritos a su grupo de Telegram --donde la comunicación es unidireccional-- ascendió de forma considerable, hasta llegar a más de 6.600 miembros con los que cuenta en la actualidad.
A través de este canal de mensajería instantánea los GAAR han llamado este lunes a empezar “ya” las acciones contra el Consejo de Ministros que se celebrará el 21 de diciembre en Barcelona y a “no esperar a ninguna señal”. De hecho, en su escrito de presentación anunciaron que sus acciones empezarían ese día y que “sólo cesarán el día que la República Catalana sea proclamada”.
Novedad de los GAAR
La novedad que presenta este grupo, además de las contundentes acciones de sabotaje que plantean, es el elevado grado de secretismo que les envuelve. Una de las consignas de los GAAR es que “los grupos los formen gente que se conoce, de una misma población”. Según su primer comunicado, “un GAAR se puede crear de forma independiente, no depende de ninguna organización”. De hecho, clarifican que han “de poder ser autónomos y autoorganizados”.
Frente al surgimiento de este nuevo colectivo, muchos se preguntan quien hay detrás de los GAAR. También entre los independentistas que tienen pensado participar en las movilizaciones del 21D contra el Consejo de Ministros.
Manual de instrucciones
En un primer momento, se les situó en la órbita de los Comités de Defensa de la República (CDR). Sin embargo, varios participantes en distintos CDR afirman a este medio desconocer estos grupos. “No me ha llegado nada, lo leí en la prensa y no le he prestado mucha atención”, afirma C., activista de los CDR y simpatizante de la CUP. Ve con buenos ojos su existencia, y afirma que más que como una “herramienta operacional”, sirve para dar a conocer unas “determinadas instrucciones a un elevado número de activistas sin experiencia en este tipo de acciones”.
“No han explicado nada que no sepa cualquier persona con un mínimo de experiencia en acción directa. En muchos espacios funciona igual. Hay una asamblea abierta, donde casi cualquier persona puede participar, y después hay grupos de acción. Estos siempre se basan en la confianza mutua, y se organizan de forma paralela. Yo nunca planearía una acción que pudiera ser un delito en una asamblea o espacio abierto donde no conozco bien a la mayoría de los asistentes. Ni siquiera una simple pintada”, confiesa este activista.
Según él, su utilidad se limita a la difusión de un “mini manual” de cómo cortar carreteras u otras vías de comunicación, pero no cree que tenga incidencia a la hora de efectuar estas acciones, que “lo harán los de siempre y otros muchos que se sumarán esta vez”. "La consigna es la misma: seguir las instrucciones de los CDR. Ellos dirán los sitios donde acumular fuerzas y cuando se desconvoca", aclara, en referencia a la organización del boicot al Consejo de Ministros del próximo viernes.
Identidad oculta
Otro miembro de un CDR de una localidad distinta también asegura no tener constancia de ningún GAAR. Se muestra desconfiado, y dice no fiarse de iniciativas que no cuenten con el respaldo de ninguna organización consolidada.
Hasta ahora, ninguna persona ha manifestado públicamente pertenecer a un GAAR. Su presencia ha sido hasta el momento fantasmagórica. La existencia de los GAAR se limita única y exclusivamente a la aparición de un grupo de difusión en Telegram, que permite ocultar la identidad de la o las personas que crearon el chat. Ni siquiera la policía o los servicios de inteligencia podrían conocer la identidad de quienes están detrás de dicho grupo.
Ventajas de Telegram
El único que posee esos datos, según explica un experto en ciberseguridad a este medio, es Telegram, que sí podría conocer a los autores, dado que los números de teléfono en España van asociados por ley a un DNI. Si la policía quisiera conocer quien gestiona el grupo, y por tanto difunde esos mensajes, debería hacer un requerimiento a Telegram para que se los cediera. Y, según el mismo experto, los responsables de esta app --cuya sede se encuentra en Dubái-- son muy reacios a la hora de facilitar este tipo de informaciones. Por tanto, siempre y cuando limiten su actividad a la difusión de comunicados a través de este servicio de mensajería instantánea, "tienen protegida su identidad". Según él, las personas que han puesto en marcha los GAAR debían conocer las ventajas que ofrece Telegram, y asegura que "han escogido la mejor herramienta para preservar su anonimato".