Carles Puigdemont vuelve a justificar la violenta vía eslovena. El expresidente de la Generalitat de Cataluña fugado de la justicia a Waterloo (Bélgica), volvió a rescatar la violenta estrategia para conseguir la independencia. Lo hizo en Londres ayer, en el Frontline Club, donde pronunció una conferencia pública sobre el referéndum del 1 de octubre de 2017.
A preguntas de una de las asistentes, el expresident prófugo aseguró que "él estuvo en Eslovenia en 1991 y vio gente pacífica que se defendía de agresiones violentas del ejército yugoslavo". Bajo su punto de vista, "la pregunta no es si la vía eslovena es la que se tiene que seguir", sino si "la vía Serbia es el proyecto que ofrece España". Inquirió el también exalcalde de Girona con "si la vía Serbia es la que seguirá España una vez Cataluña ejerza su derecho a la autodeterminación". Sus palabras fueron recibidas con aplausos por parte de los asistentes.
Siguiendo una lógica belicista, Puigdemont exigió a las autoridades españolas que se comprometan a no usar la violencia: "Nosotros nunca lo haremos para lograr nuestro objetivo. Me gustaría escuchar la misma respuesta por su parte".
Amenaza a España
El expresidente de la Generalitat insitió ayer que "fue un error suspender la declaración del 10 de octubre". Lejos de arrepentirse por haber optado por la vía de la desobediencia, Puigdemont realizó una lectura radicalizada sobre los hechos. Según él, se debe aprender de los errores y advirtió de que no habrá una segunda oportunidad para España.
También abogó por reconstruir la unidad del independentismo pero sin renunciar al pluralismo del movimiento ni a las distintas sensibilidades del mismo: "Necesitamos una estrategia unitaria", afirmó, consciente de la creciente división en el seno del soberanismo.