El debate sobre el problema catalán en el Congreso constata una división frontal entre el Gobierno de Pedro Sánchez y los partidos de la oposición de centro-derecha, PP y Ciudadanos, que piden abiertamente que el Ejecutivo aplique el 155 en Cataluña. En esa tesitura, el independentismo, con una dura crítica a Sánchez, le pide que ofrezca una alternativa. “Aún estamos a tiempo”, le ha espetado el diputado de ERC, Joan Tardà, a Pedro Sánchez.
Los republicanos, que no desean romper las relaciones con el Gobierno del PSOE, tratan de rebajar la tensión, pero con reproches de gran calado, que sirve en bandeja a la derecha española el argumento de que Sánchez depende del bloque independentista. “Gracias a nuestro apoyo usted es presidente”, ha recordado Tardà, en referencia a la moción de censura que acabó con el mandato de Mariano Rajoy.
Una puerta abierta, todavía
Pero lo que el independentismo desea, el que representa Esquerra y que, en estos momentos es el más posibilista, exige a Sánchez que busque una salida política, “para los no independentistas y para los independentistas”, algo que el Gobierno del PSOE no sabe cómo concretar, presionado por la derecha española.
Las afirmaciones de Tardà, en su intervención en el Congreso, han sido duras. Sin embargo, Esquerra insiste en dejar la puerta abierta, con una enmienda a la totalidad sobre el proyecto del presidente Quim Torra, que, pese a posteriores aclaraciones, avaló la vía eslovena a la independencia. “¿Qué sentido tiene cronificar un problema entre demócratas, qué sentido tiene?”, ha clamado Tardà, con una aseveración posterior a la que se acogerá el PP y Ciudadanos. “Nos van a obligar a volcarnos en la desobediencia”, ha señalado el diputado de Esquerra, como última posibilidad, si no se encuentra un acuerdo político.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
La tumba política de Sánchez
La insistencia en mantener el diálogo, en no romper los puentes, aunque cueste tiempo, ha llevado a Tardà a sugerir a Sánchez que no puede refugiarse en lo que ya defiende la derecha española, aupada tras los resultados en las elecciones en Andalucía: “La no negociación será su tumba política”.
Esa afirmación tiene un doble sentido, y explica la parálisis en la política española. La “negociación” que pide Tardà sería, para la derecha, la tumba política de Sánchez, porque está decidida a cuestionar cualquier acercamiento con el “golpismo” independentista. Para el bloque independentista, en cambio, el no buscar un acuerdo político sería el fin de Sánchez. Esa tesitura provoca ahora que el problema sea insoluble.