Ferran Mascarell se reclama independiente. Dejó el PSC en 2010, y no se ha afiliado a ningún partido. Pero es uno de los impulsores de la Crida per la República, y ha sido uno de los más estrechos asesores de Artur Mas durante el proceso soberanista. Ahora lanza su candidatura a la alcaldía de Barcelona para ganar al “populismo españolista” que para él representa el exprimer ministro francés Manuel Valls.
Con el apoyo de los fundadores de Junts per la República, entre ellos Agustí Colomines y Toni Morral, Mascarell ha dado un paso al frente después de meses de indefinición, tanto de la Crida, que nace bajo los auspicios de Carles Puigdemont, como del PDeCAT. Su objetivo, como ha explicado este lunes, es intentar una gran candidatura del independentismo, porque las elecciones en Barcelona serán “mucho más que unos comicios municipales”. Pero esa unidad no se ve en el horizonte, aunque la candidatura ahora de Mascarell deberá hacer reaccionar al propio PDeCAT y a la Crida.
Cuerpo a cuerpo con Valls
Esquerra Republicana rechaza esa posibilidad. Ya tiene candidato, con Ernest Maragall, y proyecta gobernar la ciudad con los Comuns de Ada Colau.
Mascarell ha asegurado que defiende un “modelo de ciudad”, y que eso es lo prioritario para poder transformar Barcelona. Defiende gestión y cambios estructurales para que Barcelona recupere su papel de motor económico, social y cultural, en esa carrera particular siempre pendiente de Madrid. Por ello mismo, el exconcejal del consistorio, con el gobierno de Pasqual Maragall, defiende “el estado catalán”. Su proyecto tendrá un componente soberanista, y buscará el cuerpo a cuerpo con ese “populismo españolista” que dice haber detectado en Valls, y del que se habla “cada día en Madrid, donde existe una fascinación por él, no sé si porque viene de la política francesa, pero ahora hay un interés que yo nunca había detectado por la alcaldía de Barcelona”.
Un estado propio detrás
La idea de Mascarell es que España “sólo tiene un proyecto y es Madrid”. La proyección de la ciudad cobra potencialidad porque “tiene un estado detrás”. Y eso lo desea el candidato para Barcelona. “Tenemos que recuperar la idea de que Barcelona es la capital de Cataluña, y eso implica que se debe contar con todo el territorio, no sólo con el área metropolitana”. Por tanto, “necesitamos un estado que ayude a la ciudad, que permita un mayor bienestar”.
Esa es la tesis de Mascarell, la que justifica una y otra vez y la que defendió ante Artur Mas, para que abrazara el soberanismo a partir de 2012. A su juicio, Cataluña no tiene la ayuda de un Estado, el español, que tiene otros intereses, y que beneficia a un núcleo de poder instalado en Madrid.
Las posibilidades de Mascarell para competir en solitario, sin embargo, son complicadas. Esa candidatura como independiente esperará nuevos movimientos, cada vez más inesperados.