El PDeCAT ha comenzado a marcar sus propias líneas rojas. Su dirección considera que debe defender un legado ideológico y que sólo tendrá futuro como fuerza política, más allá del proceso independentista, si tiene algunos principios claros. Uno de ellos es la presión fiscal. Por ello, el PDeCAT impedirá al presidente Quim Torra acercarse a los Comuns si eso comporta un aumento de los impuestos como condición para aprobar los presupuestos.
Los Comuns, el partido que dirige en el Parlament Jéssica Albiach, quiere que el Govern de Torra se comprometa con un aumento del IRPF para las rentas más altas, aprovechando el poco margen que queda en el tramo autonómico del impuesto. Es el vicepresidente de la Generalitat y consejero de Economia, Pere Aragonès, quien dirige las negociaciones. El republicano está dispuesto a pactar la política fiscal de la Generalitat, con el objetivo de sacar adelante las cuentas de 2019, lo que daría un respiro al Gobierno de Torra, que podría proyectar la idea de que es capaz de gobernar con otros socios, con un carácter transversal.
Defensa de las clases medias
Esquerra espera un movimiento de los Comuns, pero el PDeCAT se plantará si eso supone una mayor carga fiscal, con el objetivo de mantenerse como referente --pese al gran cambio que ha experimentado la política catalana-- de las clases medias catalanas. “No admitiremos que se suban los impuestos a los ciudadanos y, principalmente, a las clases medias”, asegura el presidente del partido, David Bonvehí, que se siente algo más fuerte al comprobar que el PDeCAT está resistiendo la ola de la Crida, el movimiento que impulsa Carles Puigdemont.
La portavoz de los Comuns, Jéssica Albiach
Pero es el partido de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, el más interesado ahora en hacerse valer y obtener un triunfo para aparecer como una formación útil, con la idea de que el independentismo ayude a los Comuns en las elecciones municipales.
Lo que propone los Comuns es que se incremente el gasto social en, por lo menos, 1.700 millones de euros, con el objetivo de revertir los recortes en ámbitos como el sanitario o el educativo. A su favor juega la huelga de esta semana de los médicos de atención primaria y la que se anuncia de profesores.
Subida del IRPF
Pero lo que desea el partido que lidera Jéssica Albiach en el Parlament es modificar el impuesto de sucesiones y donaciones, y el tramo autonómico del IRPF. En relación a ese impuesto, se quiere subir el porcentaje que afecta a las personas que ganan más de 90.000 euros al año. Acabarían pagando, según la formulación de los Comuns, un 23,5%, y en el caso de las rentas de más de 120.000 euros, también objetivo de la formación, se pagaría un 25,5%. Se trata de copiar la propuesta que ya se aplica en la Comunitat Valenciana. Y afectaría a un 2% de los contribuyentes. En ese caso, si se limitara a ese porcentaje, el PDeCAT señala que entraría en la negociación.
La alcaldesa Ada Colau y el presidente Quim Torra
Pero los exconvergentes no quieren ni oír hablar de una modificación del impuesto de sucesiones y donaciones. Los Comuns quieren reducir las bonificaciones que tienen ahora los cónyuges y familiares directos. Y es que la recaudación por el impuesto se ha ido reduciendo, hasta un total del 60% en los últimos diez años. Lo que se pretende es volver a aquella situación.
Dinero extra para asuntos sociales
Según los Comuns, la medida lograría unos 600 ó 700 millones de euros, precisamente los que se necesitan, asegura el grupo parlamentario, para financiar el gasto en escuelas y atención primaria.
En ese sentido, el Govern de Quim Torra, apoyado por Junts per Catalunya y ERC, se encuentra con una presión similar a la que ejercía la CUP, que ha insistido en los últimos años en subir los impuestos para las rentas más altas. La CUP, sin embargo, se ha desentendido de los presupuestos y no quiere ni entrar en la negociación al considerar que el gobierno catalán ya practica “el autonomismo”, y ha renunciado el proyecto independentista.