El único que puede convocar las elecciones generales es Pedro Sánchez. Él lo sabe y así lo ha admitido el ministro de Fomento y secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, que ha avanzado que los comicios podrían coincidir con las elecciones municipales y autonómicas del 26 de mayo. ¿Podía haber atajado el debate Sánchez? No lo ha querido hacer, y, desde Marruecos, donde se encuentra de viaje oficial, ha señalado que es “una fecha más”, y que Ábalos podría haber ofrecido otras”. Lo que ha dejado caer Sánchez es que en el seno del Gobierno esa es una posibilidad muy seria, y que ya ha comenzado el debate sobre cuándo sería mejor, para los intereses socialistas, ir de nuevo a las urnas.
Existe un compromiso no escrito. El PSOE no tiene ningún interés en que el PP se hunda de forma inexorable. Espera los resultados en Andalucía –el 2 de diciembre— para comprobar el estado de forma del nuevo PP de Pedro Casado. Y en función de ello, Sánchez calibrará qué puede hacer en los próximos meses. La intención del presidente del Gobierno es gobernar, a través de decretos ley, que consigan el apoyo de sus socios, los que apoyaron la moción de censura contra Mariano Rajoy.
Pedro Sánchez, en el Congreso de Diputados / EFE
Sin presupuestos y gobernando
Se trata de los partidos independentistas y Podemos. Sin presupuestos, con la obligación de prorrogar las cuentas de este año, aprobadas por el PP, Sánchez no podría continuar durante mucho más tiempo, aunque su intención inicial era la de llegar hasta otoño de 2019 o, incluso, agotar la legislatura hasta 2020.
En esa tesitura, el primero en disparar ha sido el ministro Ábalos. Ante la pregunta de si descartaba la convocatoria electoral para el 26 de mayo, el secretario de organización podría haber contestado algo muy diferente, y que era, de hecho, el mantra que se había utilizado hasta ahora: se trata de comicios distintos, y las municipales y autonómicas –también las europeas—deben tener su propia personalidad. Sin embargo, su respuesta ha sido la de no descartar esa fecha, que se convertiría en un “superdomingo”, como él mismo ha precisado.
Sin castigar al PP
El PSOE considera que no puede convocar elecciones de inmediato, entre otras cosas porque necesita que el PP cobre aire, y que Pablo Casado consolide su liderazgo. ¿Por qué? Porque el PP, adversario político de los socialistas, es también un socio institucional, una pieza fundamental del sistema político español, y su competidor en la derecha, Ciudadanos, sigue sin ofrecer un ideario consistente, sólo pendiente de las encuestas y de lo que interesa en cada territorio al potencial votante, que pueda abandonar las filas del PP o del PSOE.
Por ello, y pensando en el inicio del juicio a los políticos independentistas presos, --enero, febrero—Sánchez ha comenzado a analizar fechas posibles. El “superdomingo” puede ser el día, para conocer, de golpe, si el PSOE logra un respaldo en la Moncloa, en las principales ciudades y pueblos y en las comunidades autónomas. Todo a una carta, aprovechando los anuncios de gestión y de medidas que está realizando el Ejecutivo de Sánchez desde que ganó la moción de censura.