La educación no lectiva, es decir, las actividades extraescolares, el comedor social, o las excursiones, se ha convertido en un foco de desigualdades en Cataluña desde los recortes aplicados por el Govern durante la crisis.
Se trata de uno de los factores que inciden en la pobreza infantil, que en la comunidad catalana asciende al 24%, y en el éxito escolar pues, según los expertos, esas actividades no lectivas también inciden en el aprendizaje de los menores. Recientemente, la Fundación Bofill citaba los datos de la iniciativa americana Expanded Schools, en la cual, existe una brecha de 6.000 horas de diferencia entre la infancia que tiene más recursos y la que menos.
Segregación escolar por nivel socioeconómico / FUENTE: SAVE THE CHILDREN
Es decir, que al llegar a los 12 años, un niño con un entorno y familia favorable (actividades extraescolares, vacaciones, tiempo de lectura con la familia, viajes de fin de semana en familia, servicios de 0-3 años) acumula un total de 6.000 horas de más oportunidades educativas respecto a los niños con un entorno más desfavorable.
La jornada intensiva de Rigau
En secundaria, la aplicación de la jornada intensiva en la ESO en el curso 2012-2013, una medida impulsada por la exconsejera Irene Rigau en plena crisis con la finalidad de ahorrar, supuso el cierre de cantinas y comedores, por lo que los alumnos menos favorecidos se quedaron sin posibilidad de beca. Algunos municipios se vieron obligados a abrir comedores sociales, con el riesgo de estigmatización que ello implica. Dos años más tarde, el Síndic de Greuges denunciaba en un informe sobre ocio educativo que el 50% de los menores de familias vulnerables no participaban de esas actividades extraescolares.
Poco o nada se ha hecho desde entonces, más allá del compromiso, no ejecutado, del nuevo consejero de Enseñanza, Josep Bargalló, de recuperar los comedores escolares y abrir los patios de todas las escuelas para que los menores en situación de riesgo disfruten también de esas horas de ocio.
La moción del PSC
Por todo ello, la diputada del PSC, Esther Niubó, ha presentado una moción que se someterá a votación en el próximo pleno del Parlament, cuya finalidad es instar al Govern a elaborar un plan, antes de que acabe el curso 2018-19, para reducir la brecha educativa y social existente en el ámbito educativo no lectivo “desde una visión de la educación a tiempo completo”. En concreto, la iniciativa socialista propone garantizar “el derecho al acceso al ocio educativo en igualdad de oportunidades”, de acuerdo con la Ley de Educación de Cataluña (LEC). Y la ley de los derechos y las oportunidades en la infancia y la adolescencia.
El PSC quiere que se reconozca el carácter educativo de las actividades de ocio y su importancia en el fomento de la inclusión y la cohesión sociales. Este reconocimiento debe incluir la ordenación de las actividades extraescolares y el derecho a la participación del alumnado. Es decir, su no exclusión por razones económicas, territoriales, sociales, culturales o de capacidad.
Dotación presupuestaria
Estas medidas deben ir acompañadas de las dotaciones presupuestarias, así como de las becas y bonificaciones necesarias.
Dotar esos servicios no lectivos (comedor, acogida, ocio, colonias, excursiones…) de personal educativo cualificado es otra de las peticiones del PSC, que dedica especial atención al alumnado con necesidades educativas especiales (NEE). Recuperar el servicio de comedor escolar en todos los institutos antes de que comience el curso 2019-20, así como avanzar el horario de acuerdo con los criterios de salud, es uno de los caballos de batalla del PSC.
Esther Niubó, diputada del PSC
“Estos espacios educativos deben ser inclusivos”, explica Esther Niubó a Crónica Global. Es decir, “al alumnado NEE. Actualmente, los comedores no tienen personal de apoyo suficiente para dar una atención adecuada. ¿Qué pasa con los niños y niñas con autismo? ¿No se pueden quedarse en el comedor o ir de colonias, no pueden hacer extraescolares?”, se pregunta. Denuncia la “precarización del personal que trabaja como monitor o educador, que cobra menos que los docentes”.
Gráfico incluido en un informe sobre la segregación escolar de la Universidad Autónoma de Madrid
A esta situación se añade los índices de segregación escolar, otras de las asignaturas pendientes de Bargalló. Tal como publicó este medio, el 36% de los estudiantes catalanes deberían cambiar de centro para evitar la concentración de alumnado extranjero o con problemas económicos, según varios estudios, que sitúan a Cataluña entre las comunidades autónomas con mayores índices de segregación escolar. Lo dicen estudios universitarios, así como el Síndic de Greuges.
El estudio Magnitud de la segregación escolar por nivel socioeconómico en España sus comunidades autónomas y comparación con los países de la Unión Europea, elaborado por los profesores de la Universidad Autónoma de Madrid, Francisco Javier Murillo y Cynthia Martínez-Garrido, destaca que la Comunidad de Madrid, Canarias y Cataluña encabezan el ranking de comunidades con más segregación escolar. Lo hacen en base a datos del informe PISA y tras el análisis de 208.873 alumnos matriculados en 7.553 escuelas situadas en 26 países europeos.