La Generalitat de Cataluña alentará a los padres y alumnos a delatar a los colegios que no cumplan con sus normas en materia de inmersión lingüística. Y creará un cuerpo propio de inspectores para controlarlo.
Así lo ha reconocido el consejero de Educación, Josep Bargalló, en una entrevista a Vilaweb. El dirigente de ERC ha desvelado que su departamento pondrá en marcha ese cuerpo, y que los inspectores se repartirán en diversas zonas territoriales, amparándose en la ley educativa de Cataluña. A pesar de que dicha competencia corresponde al Estado central, a través del ministerio.
"Alertar si no se cumple"
"Los inspectores trabajarán de una manera diferente. Ahora demasiado a menudo hacen tareas burocráticas, y nosotros queremos inspectores que sean líderes pedagógicos". A su juicio, estos empleados deberán "velar por la coherencia de los proyectos en una zona".
Bargalló, asimismo, explicó también que, desde septiembre, los centros educativos catalanes "tienen la obligación de colgar en la web los proyectos pedagógico y lingüístico". Y es ahí donde entra en juego el espinoso asunto de la delación: "Las familias, los alumnos, todo el mundo sabrá cuál es este proyecto y podrá alertar, con mucha más fuerza y razón, si no se cumple", manifestó.
"Nosotros lo detectaremos"
"La garantía de que se respetará el papel de lengua vehicular del catalán somos nosotros, el Departamento. Nuestros inspectores. Si el proyecto lingüístico no es bueno, seremos nosotros quienes lo detectaremos", reconoce.
Las palabras de Bargalló llegan después de que la semana pasada trascendiera que la Generalitat se plantea un eventual impulso al castellano en aquellas escuelas de zonas de mayoría catalanohablante, donde su uso es menos habitual. Una decisión que ha generado controversia entre el independentismo.