La reacción política en Flandes ante la retirada del estatus diplomático al delegado de la región en España por parte del ministro de Exteriores español, Josep Borrell no se ha hecho esperar. Geert Bourgeois, el ministro presidente flamenco, ha declarado públicamente que es "un hecho poco amistoso" por parte del Gobierno español y que no se ha producido "nunca en la historia de la Unión Europea".
En una entrevista en la radio pública flamenca ha pedido reunirse cuanto antes con la embajadora española en Bélgica para hacer presión sobre el Ejecutivo y que rectifique esta decisión.
El gobierno belga se desmarca
La posición del gobierno central de Bélgica ante esta situación es aséptica. Desde el Ministerio de Exteriores belga han declarado que "se trata de un problema entre Flandes y España" y que las declaraciones vertidas por el presidente del Parlamento flamenco, Jan Peumans, ha acentuado "sin duda" esta tensión. Hasta ahora la postura oficial de Bélgica ha sido la de tomar distancia y dejar claro que la política exterior la fija el Gobierno federal y no el presidente de la cámara de Flandes.
A pesar de su posición neutral, el Ejecutivo belga ha recordado que el Gobierno español tiene potestad para decidir aspectos de diplomacia internacional que afecten directamente a representantes en su territorio. "España puede decidir de manera autónoma quienes son los representantes a los que concede el estatus diplomático", ha expresado el portavoz ministerial del país noreuropeo.
Declaraciones molestas
Los comentarios de Peumans sobre la calidad democrática española han sido los causantes de estos acontecimientos que han recrudecido las relaciones entre Bélgica y España. El presidente del Parlamento de Flandes es uno de los políticos que mayor apoyo ha demostrado al expresidente catalán, Carles Puigdemont, y a su cruzada por encontrar respaldo internacional al secesionismo catalán.
De hecho la reunión mantenida ayer --que acabó con la retirada de estatus diplomático al delegado flamenco en España, André Hebbelinck-- vino impulsada por las descalificaciones que Peumans realizó en una exposición sobre las cargas policiales del 1-O. Peumans puso en duda que España cumpla con los estándares para formar parte de "una Unión Europea democrática" y habló de la "violencia" que supone haber encarcelado a políticos, en referencia a los exconsejeros en prisión por su papel en el referéndum ilegal de hace un año.
Tercera reunión
Estas y otras declaraciones fueron las que han hecho que el embajador belga en España, Marc Calcoen, haya sido convocado por el Gobierno español hasta en tres ocasiones. La primera por la directora general para Europa, Aurora Mejía, por el apoyo explícito del líder parlamentario a Carme Forcadell a través de una carta; la segunda, por el secretario de Estado para la Unión Europea, Luis Marco Arguiriano; la tercera, este martes, por el propio ministro de Exteriores.