El partido ultraderechista Vox congregó este domingo a 10.000 simpatizantes en el palacio de Vistalegre para presentar su programa electoral. Un plan de cien medidas entre las que figuran la suspensión de las comunidades autónomas, la disolución de los Mossos d'Esquadra, ilegalizar los partidos independentistas, derogar la ley de la violencia de género, la deportación de inmigrantes sin papeles, e instaurar la cadena perpetua.
La formación, que confía en obtener representación parlamentaria en las próximas elecciones generales, protagonizó el mayor mítin ultra visto en España en las últimas décadas. En materia territorial, su propuesta se basa en suspender el sistema de autonomías y también del Senado, con un Gobierno y un solo parlamento para toda España. Así como la devolución de competencias en educación, sanidad, seguridad y justicia. Y la derogación de la Ley de Memoria Histórica.
Gritos contra Puigdemont
Vox pretende suprimir las medidas de ayuda a las mujeres, sustituir la ley de violencia de género por otra de violencia intrafamiliar, situar el español como lengua vehicular en la enseñanza, un plan hidrológico nacional o ilegalizar todos aquellos partidos y asociaciones que, a su juicio, "persigan la destrucción" de la integridad territorial. Así como rechazar cualquier sentencia judicial que proceda de un tribunal extranjero, medida que suscitó gritos de "Puigdemont, a prisión" entre los asistentes.
A imagen y semejanza de otros movimientos populistas y de extrema derecha, el presidente del partido, Santiago Abascal, inició su intervención afirmando que "la España viva ha despertado gracias a Dios", después de ser recibido con una fuerte ovación por parte de los asistentes, muchos de los cuales ondeaban banderas de España.
"Derechita cobarde"
En su intervención, Abascal cargó contra los independentistas, citando varias veces al anterior y actual presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont y Quim Torra --cuya mención suscitó abucheos entre el público--, y también contra los comunistas y la izquierda, la "derechita cobarde que cambia de opinión" y la "ambiguedad de los naranjas veleta", en alusión en estos dos últimos casos a PP y Ciudadanos.
Vox, que en la actualidad contaría con un 1,4% de votantes, según el CIS --lo que equivale a unos 650.000 ciudadanos--, confía en pasar de estar solo "entre los partidos" a "desbordar las urnas cuando a España se le dé la voz que se le ha arrebatado". Según sus datos, en el último medio año ha triplicado sus afiliados en Cataluña y aspira a tener un diputado en el Parlament.
Réplicas de Trump
El partido no teme que su discurso sea calificado de racista, xenófobo, insolidario, centralista, franquista o machista. "Los insultos y sambenitos de Pablo Iglesias, Pedro Sánchez y Quim Torra nos los ponemos como medallas en el pecho. Los progres no contaban con este miura que hoy ha saltado a Vistalegre", aseguró su líder.
Por su parte, el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, emuló el América first --"América primero"-- del presidente estadounidense Donald Trump al destacar el "objetivo claro" de la formación: "los españoles estarán primeros", y el "compromiso irrenunciable de que juntos haremos a España grande otra vez". También compartió con él su desprecio hacia los medios de comunicación que ellos consideren "mentirosos".